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Cristianos en Tierra Santa

publicado
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El patriarca latino de Jerusalén, Mons. Michel Sabbah, comenta la situación de los cristianos que viven en Palestina, en una entrevista publicada por el semanario Catalunya Cristiana (Barcelona, 29-VII-93).

– ¿Cuántos cristianos quedan actualmente en Tierra Santa y en Jerusalén?

– Por Tierra Santa nosotros entendemos Israel, los territorios ocupados de Palestina (entre los cuales está la parte árabe de Jerusalén) y Jordania. En estos tres territorios, la población total no llega a los once millones de habitantes. En Israel y en los territorios ocupados de Palestina, hay cerca de 150.000 cristianos: católicos, ortodoxos, protestantes, etc. En Jerusalén, la población cristiana de la ciudad (en la ciudad vieja y en torno a sus muros) ha descendido mucho: sólo existen unos 10.000 cristianos, en una población total de 600.000 habitantes, cuando en los tiempos de la fundación de Israel, los cristianos eran tres veces más numerosos, en una población de 200.000 habitantes.

– ¿Cómo se explica esta debilitación de la presencia cristiana?

– Hubo una primera tanda de refugiados que dejaron la ciudad en el año 1948 y después una segunda en el año 1967, sin contar que, por la inestabilidad política de la región, hay una emigración constante de personas, de pequeños grupos y de familias enteras, lo cual amenaza muy seriamente la presencia cristiana. (…) Mucha gente piensa en emigrar, para asegurar así el futuro de sus hijos. A pesar de todo, hay cristianos que han tomado la decisión de quedarse, una decisión religiosa, y también política. Nos quedamos, dicen, por un lado por fidelidad a la fe -somos cristianos en Tierra Santa, es decir, para la Tierra Santa, y no nos atrae ningún otro lugar-, y por otro de fidelidad a la tierra. Éste es el caso de los cristianos palestinos que han decidido quedarse.

Políticamente, esta tierra se la disputan dos pueblos, el israelí y el palestino. Los cristianos son, sobre todo, palestinos, excepto cuatro comunidades cristianas de habla hebrea (compuestas de judíos o no judíos, pero de cultura hebrea), que son algunos centenares. Cada uno pertenece a su pueblo y a su nación; los cristianos árabes se identifican con las causas del pueblo palestino: quieren la libertad de su pueblo y la libertad de decidir por sí mismos la forma de vida política que escojan.

– Los cristianos palestinos sufren las presiones de millares de musulmanes fundamentalistas…

– Nada distingue a los cristianos de los demás palestinos. El auge del fundamentalismo musulmán es un movimiento del interior de la comunidad musulmana; es una lucha interna del Islam, que no va dirigida contra los cristianos. Y eso es porque, entre las autoridades civiles y religiosas, las relaciones mutuas de cristianos y musulmanes son normales, regulares y buenas. Entre el pueblo, existen ciertos incidentes, pero creados por una tercera fuerza que procura fomentar la discordia, sembrar el miedo en el corazón de la gente con la finalidad de que los cristianos y los musulmanes se peleen.

Así pues, la militancia islámica no va dirigida contra los cristianos, y es el resultado de un movimiento político que quiere resolver una situación política concreta. En cuanto a los atentados contra intereses de cristianos, no se deben atribuir a los musulmanes. Hay ciertos incidentes pero siempre como resultado de un situación muy, pero que muy confusa. (…)

Nosotros lo que queremos es la libertad, la paz y la justicia para todo el mundo, palestinos e israelíes. Los derechos de todos deben ser garantizados: los de los judíos, los de los cristianos y los de los musulmanes, porque nunca habrá paz sin justicia. Actualmente, no hay justicia para todos, porque Palestina se encuentra bajo ocupación militar, y por lo tanto no es libre. (…) En este sentido, hay que devolver a Jerusalén su carácter sagrado, y dar a esta ciudad santa un estatuto particular que la libere de todo conflicto político.

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