La complejidad siria, vista desde el Líbano

publicado
DURACIÓN LECTURA: 6min.

Beirut. En el Líbano, que tradicionalmente ha mantenido estrechas relaciones con Siria, se siguen con pasión los acontecimiento en este país, y tienen lugar casi a diario manifestaciones a favor del presidente Bashar Al Asad o de la oposición.

Las manifestaciones de apoyo a la oposición engloban muchas banderas y grupos. Por un lado, están todas aquellos que buscan que se terminen las matanzas y se convoquen elecciones. Pero entre ellos se distingue claramente a los salafistas, un grupo fundamentalista islámico sunita, que promueve la sharía como ley suprema y la nación islámica que une a todos los países musulmanes. Así ha sucedido también en otros países árabes, como Egipto o Libia.

Temor entre los cristianos

A su vez hay temor entre los cristianos sirios, ya que entre las protestas populares se infiltran extranjeros con otros fines distintos a la democracia reclamada. Mons. Jean-Clément Jeanbart, Arzobispo de la Iglesia católica greco-melquita de Alep-Siria, advierte su preocupación por la falta de cobertura internacional o investigación seria en cuanto a la “infiltraciones de extremistas y mercenarios venidos de Turquía, Irak, Jordania, Libia, Pakistán, de excombatientes de Afganistán… En el exterior, vemos que Occidente solo descarga la furia contra el presidente, mientras que en el interior vienen grupos islamistas armados a sembrar el terror y la muerte en varias zonas del país. Por desgracia, muchos miles de civiles inocentes y de militares han sido víctimas del odio y la hostilidad de estos grupos. Seguidamente han sido salvajemente torturados, mutilados y asesinados”. (www.kipa-apic.ch, 4-2-2012).

Jeanbart testimonia que la gran mayoría de los sirios, los cristianos en primer lugar, piden reformas profundas y cambios significativos en el gobierno del país: “en primer lugar la supresión de la dictadura de partido único y una democracia edificada sobre una verdadera libertad que respete los derechos inalienables de todos.” “Pero también es verdad que muy pocos sirios desean un cambio brusco que lleve al país a un baño de sangre, un vacío desastroso y una gran desolación”.

El gobierno sirio de Bashar Al Asad se define como “laico”, es decir, que no da prioridad a ninguna confesión religiosa y se ha caracterizado por el respeto a las minorías. Por otro lado, su forma de gobierno de partido único ha impedido el paso a la democracia. Con la última reforma de la Constitución, aprobada oficialmente en referéndum el 25 de febrero, se ha mostrado una cierta apertura, limitando el mandato presidencial y dando la posibilidad de que existan otros partidos.

Apoyos y críticas desde el Líbano

No existe una postura oficial del Líbano frente al conflicto sirio. El gobierno libanés no va a hacer una declaración, pues sabe que cualquier pronunciamiento acarrearía un estallido de violencia interna.

Es por eso que permiten tanto las manifestaciones a favor como en contra del régimen de Asad, que tienen lugar casi a diario en el centro de Beirut. Por otra parte, no falta la ayuda humanitaria para los refugiados, que ascienden a más de 7000 según el Alto Comisariado de Refugiados (HCR).

Entre quienes apoyan a Asad desde el Líbano, se encuentra Hezbollah, que durante años ha recibido la ayuda armamentística de Siria e Irán para defender las fronteras nacionales contra Israel. A esto se suma que Siria es su frontera principal para el comercio.

El partido del general Michel Aoun, y con él gran parte de los cristianos del Líbano, no ven una alternativa a Asad en la oposición. Aoun advierte que lo que se instalaría en Damasco no sería una democracia, sino el fundamentalismo islámico, si llegaran los salafistas al poder. Explica que estos no creen “en la fronteras nacionales, sino solo en la oumma, es decir, en el pueblo árabe, en el islam sin fronteras, es el mundo entero lo que quieren convertir” (http://www.lorientlejour.com , 9-03-2012).

Esto no quiere decir que las opciones sean Asad o fundamentalismo islámico. Está claro que hace falta un cese el fuego entre el ejército sirio y la oposición, y una mesa de diálogo. Pero para esto se necesita que ambas partes quieran. Pero lo que no está funcionando es la presión internacional para que caiga el gobierno sirio, lo que podría dejar el poder librado a la voluntad de los grupos armados que no se sabe qué garantías de democracia ofrecen, ni demuestran voluntad de diálogo…

El diálogo con una oposición dividida

La complejidad de la situación siria y la diferencia entre las palabras y los hechos se han puesto de manifiesto últimamente en las actitudes del gobierno de Asad y en las discrepancias en el Consejo Nacional Sirio, principal grupo de la oposición.

Bachar el Asad ha transmitido el 13 de marzo al enviado especial de la ONU, Kofi Annan, sus respuestas a las “proposiciones concretas” que este le hizo durante su misión de paz en Damasco el pasado fin de semana. Las propuestas se centraban en la necesidad de un cese inmediato de las violencias y de las muertes, garantizar el acceso a las organizaciones humanitarias y un diálogo con la oposición. Sus respuestas estaban siendo estudiadas por la ONU.

Pero mientras tanto el ejército respondía a su manera con una ofensiva general que ha llevado a la reconquista de la ciudad de Idlib en el norte del país. A su vez, Asad convocaba elecciones para el próximo 7 de mayo, quizá confiando en que para entonces tendrá dominada la situación sobre el terreno.

Por el momento, las violencias han provocado más de 8.500 muertos en el último año, según el Observatorio sirio de derechos humanos. La ONU contabiliza unos 30.000 refugiados en Turquía, Líbano y Jordania, y hay decenas de miles de desplazados que han tenido que abandonar sus hogares y se mueven en el interior del país.

Las noticias sobre acciones criminales –como el asesinato de medio centenar de mujeres y niños en Homs, y la aparición de 23 cadáveres maniatados– no pueden ser confirmadas, por las medidas draconianas impuestas por las autoridades a la prensa extranjera para cubrir la crisis. El gobierno atribuye la responsabilidad a las fuerzas insurgentes, y estas la achacan al ejército o a milicianos alauíes favorables al régimen.

Entre la fragmentada oposición siguen las divergencias. Tres figuras de prestigio del Consejo Nacional Sirio (CNS) han presentado su dimisión, por las divisiones y la ineficacia del Consejo. Una de ellas, Catherine al-Telli, militante por los derechos humanos, ha declarado que las tres personalidades no quieren ser más “cómplices de la masacre del pueblo sirio por los retrasos, engaños, trampas, demagogia y el monopolio de las decisiones” en el CNS.

Incluso ha acusado al CNS de estar “ligado a planes extranjeros que tratan de prolongar la batalla esperando (…) que el país se vea sumido en una guerra civil”.

Creado en agosto de 2011 en Estambul, el CNS, que exige la retirada del presidente Bachar el Asad, es el grupo más importante de los opositores al gobierno. Es una coalición en la que se encuentran desde islamistas a liberales. Dirigido por Burhan Ghalioun, opositor residente en Francia, el CNS es criticado por su incapacidad para coordinar la acción sobre el terreno y por la gran influencia que tienen los Hermanos Musulmanes en el Consejo.

Por el momento, el gobierno de Asad aplasta a los focos rebeldes y organiza manifestaciones en homenaje al presidente. Pero los enfrentamientos entre la minoría alauí gobernante –un 10% de la población– y los otros grupos, así como la proliferación de armas, no auguran una futura pacificación. Además el régimen se encuentra con una economía asfixiada por las sanciones internacionales, algunas ciudadades destrozadas, una población empobrecida y un aislamiento diplómático, también entre los países árabes.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.