Los soldados de la yihad vuelven a casa

publicado
DURACIÓN LECTURA: 5min.

Jóvenes musulmanes que salieron de Europa para combatir en las filas del Estado Islámico emprenden el regreso tras la pérdida de casi todo el territorio conquistado por la organización. Su radicalización es un fenómeno aún mal comprendido, y ahora hay que plantearse cómo lograr que sigan el proceso inverso. Sobre esto se habló en un coloquio, celebrado en Francia, en el que pudimos escuchar análisis de expertos y testimonios de familiares de yihadistas.

El coloquio, que tuvo lugar en la localidad francesa de Ferney-Voltaire, junto a la frontera suiza, el pasado 17 de noviembre, analizó los desafíos a los que se enfrenta un Estado laico como Francia. Participó numeroso público e intervinieron varios oradores, entre ellos Jean-Marie Bockel, senador y exministro de Comercio francés. El coloquio fue organizado por el Collège Universitaire Henry Dunant de Ginebra.

Choque cultural

Liderando la lista de países europeos que más soldados ha suministrado al Daesh se encuentra Francia, seguida de Bélgica, Alemania y Austria. Para quienes no acabaron como “mártires”, hundidas sus esperanzas de crear un nuevo califato, a los guerreros de la yihad no les queda otra opción que volver a sus lugares de origen. Nadie sabe verdaderamente cuáles son sus intenciones, pero lo cierto es que regresan con la maleta repleta de cruentas experiencias vividas durante la guerra en Siria. La vuelta a Europa es la prueba de que su sueño de implantar un sistema basado en la sharía ha resultado imposible, por el momento. Pero ¿cuáles son sus planes a día de hoy? ¿Qué pretenden estos soñadores de deseos de gloria frustrados?

Las familias de los terroristas se consideran víctimas, no cómplices

Ahora, los países de donde salieron se preguntan qué hacer con esos jóvenes yihadistas. No todos provienen de barrios humildes y solo un 10% tiene antecedentes penales. El tema de la radicalización de los jóvenes nacidos de padres de origen extranjero preocupa mucho en países donde el choque cultural entre un ambiente occidental abierto y una tradición de valores cerrada parece irresoluble. Francia, tras un primer momento de shock, reflexiona sobre las medidas necesarias para combatir esta guerra silenciosa.

Los jóvenes que se enrolaron fueron en su mayoría captados por la propaganda del Daesh, como el hijo de Saliha Ben Ali, marroquí instalada en Bélgica. Ella recuerda con inmenso dolor el día en que a su ciudad, Vilvorde, llegaron grupos de hombres persuadiendo a los adolescentes de que un mundo mejor era posible. Hacían propaganda en los parques, en las mezquitas, en las calles… Poco a poco, la actitud de su hijo Sabri, de 19 años, fue cambiando: empezó acusándola de no rezar lo suficiente, de no ser una buena musulmana; criticaba a las mujeres occidentales por su vestimenta indecorosa, y llegó el día en que dejó de hablar: parecía ensimismado. Los psicólogos expertos en este tema reconocen ahí una de las fases de la radicalización en los jóvenes: el silencio es señal de que han tomado decisiones firmes. Poco tiempo después, el hijo de Saliha marcharía a Siria, vía Turquía, para no volver jamás.

Prevenir la radicalización

“Radicalización” es un término reciente, al igual que el fenómeno de combatientes europeos en Siria. Como dijo David Thomson, periodista especialista en yihadismo: “Los primeros franceses se fueron en 2012, les siguieron otros en 2013… sin que esto ocasionara ningún ruido, sin que se percibiera ningún eco mediático”.

El senador francés Jean-Marie Bockel publicó recientemente un informe en el que estudia el proceso de la radicalización en Francia, y propone soluciones y medidas. Más del 70% de los miembros de Al Qaeda entraron a formar parte del grupo a través de algún tipo de relación de amistad (1).

Desde 2014, el Estado francés se apoya cada vez más en las comunidades locales para prevenir la radicalización. Se crean centros de prevención; se anima a los ciudadanos a ser propagadores de un contradiscurso; si se detectan casos de jóvenes en proceso de radicalización, se hace un seguimiento y se les asignan tutores o trabajadores sociales previamente formados. Por otro lado, se promueven conferencias y acciones destinadas a luchar contra toda forma de racismo y antisemitismo.

Madres contra la yihad

Son algunos medios para combatir a los grupos europeos radicales como “Sharia4Belgium”, que captan a jóvenes como el hijo de Saliha Ben Ali. Esta madre de familia numerosa lucha ahora para que otros jóvenes no caigan en la misma trampa. Y es que ella nunca olvidará el día en que el mundo se le vino encima cuando desde Siria llamaron anunciando que su hijo se había convertido en “mártir”.

También se le ponen los pelos de punta al abuelo del joven cordobés Yasin Ahram Pérez cada vez que ve a su nieto en televisión. Se trata del protagonista del primer vídeo que el Estado Islámico ha publicado en español, en el que reivindica los atentados de agosto pasado en Barcelona y promete recuperar Al-Andalus para el islam.

No todos los jóvenes yihadistas europeos provienen de barrios humildes y solo un 10% tiene antecedentes penales

Las familias de los terroristas se consideran víctimas, no cómplices. Francia ha puesto para ellas un número de teléfono al que pueden llamar en busca de apoyo. Hay también iniciativas privadas, como la plataforma “Mothers for Life”, creada en enero de 2015 por quince mujeres de diez países, que contrarresta la propaganda del Daesh.

Gracias a la labor de activistas y trabajadores sociales se ha podido evitar la radicalización de muchos, pero el fenómeno sigue existiendo y todo esfuerzo, por modesto que sea, es necesario, ya que puede ser relevante. Por esta razón, Jean-Marie Bockel, apoya la labor de estos grupos: sin ellos no será posible el cambio.

 


Notas:

(1) Cfr. Xavier Crettiez, “Penser la radicalisation. Une sociologie processuelle des variables de l’engagement violent”, Revue française de science politique, 2016/5 (vol. 66), p. 716.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.