El chiste existe en varias versiones: Adán y Eva eran venezolanos –o cubanos, o de cualquier otro país que padezca una aguda crisis económica y restricciones políticas– porque no tenían para comprar ropa, apenas contaban con una fruta para cenar, y aun así creían estar viviendo en el paraíso. En días pasados, el presidente Nicolás Maduro y su esposa, la “primera combatiente” Cilia Flores, quizás se metieron en la piel de la pareja original en un vídeo de felicitación navideña
Suscripción
Contenido Oculto
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
AccederSuscripción