Shawn Gonzalez

Shyamalan regresa al género de terror con una película marcada por un ritmo asfixiante, aunque poco original y con toques de fuerte violencia.
Shyamalan ofrece un buen producto de género, en el que emplea su conocida habilidad para crear atmósferas inquietantes.
Esta agradable pero corrientita dramedia está bien para pasar el rato, pero no merece tantas candidaturas a los Oscar. Al final se llevó solo el de actriz principal, para Jennifer Lawrence.

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