Michael McKean

Homenaje a una maternidad defectuosa, pero alegre, positiva, abierta, generosa y, sobre todo, imprescindible.
Gran reparto y buena producción para un melodrama sobre la creación literaria al que falta fuerza y profundidad.
El Woody Allen de siempre. Buen contador de historias, ingenioso en algunos recursos, divertido... pero también cínico y desesperanzado, a vueltas con el amor y el desamor, la felicidad y la desdicha, el sentido de la vida y la religión.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.