Jugosa recreación de la entrevista póstuma al original escritor norteamericano David Foster Wallace, un buscador infatigable de la verdad que hablaba con lucidez y desgarro.
La película plantea un tema original e interesante a propósito de los “bebés medicamento”, pero el director lo desperdicia cargando la mano en los sentimientos y renunciando a la reflexión.