Sánchez Arévalo se atasca en una película del género “reunión familiar por boda” que, en su afán de llamar la atención, pierde frescura, tono y equilibrio.
Xavi Puebla sorprende con un crudo retrato de las consecuencias de la crisis que huye del cine social y se acerca al “thriller” y al cine negro nórdico.