Colin Campbell

Shyamalan regresa al género de terror con una película marcada por un ritmo asfixiante, aunque poco original y con toques de fuerte violencia.
En 1954, Wilder consolidó el reinado de Audrey Hepburn, que el año anterior había deslumbrado en Vacaciones en Roma. El arranque es memorable.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.