Alain Hernández

La repetición de la fórmula empleada en “Ocho apellidos vascos” se queda muy lejos de la película original.
Un padre separado, con dos hijos pequeños, intenta recomponer su vida cuando le diagnostican una enfermedad terminal. Película a veces brillante y a veces sórdida, que toca demasiados temas y está falta de unidad.

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