El cardenal de Múnich repasa las grandes cuestiones morales relacionadas con la economía globalizada y denuncia los excesos del capitalismo a partir de la doctrina social de la Iglesia.
Creer que vivimos en un mundo sin fronteras es aún una ilusión: por eso los directivos de empresas deben tener en cuenta las diferencias relevantes entre países, al implantar estrategias de internacionalización.