La Naturaleza tiene una increíble capacidad de recuperación, si se deja que actúe; en cambio, el hombre no puede restaurar la salud de la Tierra por sí solo.
La colaboración entre arqueología y genética está ayudando a dibujar el árbol genealógico de la humanidad, donde aparecen nuestro fondo común y nuestra diversidad.
Este año puede haber importantes avances en campos como la terapia génica o la corrección de mutaciones patógenas gracias a técnicas recientemente desarrolladas.