A imitación del modelo alemán, España intenta poner en marcha la formación profesional que combina enseñanza y trabajo en la empresa. Ahora hace falta que las empresas aprueben esta asignatura.
La necesidad imperiosa de estar pendiente del "smartphone" y de las redes sociales, para ver qué recibo y qué respondo, indica que uno empieza a perder el control sobre la tecnología que debería ampliar sus capacidades.
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