Ana Amaral

Del 11 al 14 de mayo, Portugal se volcó en calor y afecto con Benedicto XVI. El Papa reavivó la fe de los católicos, tendió puentes al mundo de la cultura e invitó a un renovado compromiso con la misión evangelizadora de la Iglesia.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.