¿Guardería o abuelos?

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Según un estudio británico, la guardería prepara más para la escuela y los abuelos enseñan mejor a hablar

¿Es bueno para un niño ir a la guardería desde que tiene pocos meses de edad? Ahora que ese caso es más frecuente, se multiplican los estudios para intentar aclararlo, pero hasta ahora no hay conclusiones firmes. Un trabajo más, “Early Childcare and Child Development”, a cargo del Institute of Education (Gran Bretaña) y publicado el 10-02-2009 en la versión digital del Journal of Social Policy, no encuentra efectos perjudiciales. Y además considera un aspecto particular: compara niños que a los nueve meses ya iban a la guardería con otros que fueron confiados a sus abuelos. Al final resulta que cada solución tiene sus ventajas.

El estudio se hizo con una muestra de 4.800 niños nacidos en Gran Bretaña en 2000 y 2001, que fueron examinados cuando tenían tres años. Los que habían ido a la guardería estaban mejor preparados para comenzar la escuela que los atendidos por los abuelos. Concretamente, destacan en varias aptitudes cognitivas: identifican mejor letras, formas, colores y números, y cuentan mejor. También son más sociables, conectan mejor con otros niños.

A cambio, los niños cuidados por abuelos presentan una capacidad de expresión verbal notablemente mejor. Parece claro, dicen los autores del estudio, que ello se debe, en buena parte, a que los abuelos prestan una atención personal, que es la contrapartida de la menor relación con otros niños y personas en general. Y de hecho, también los pequeños que fueron a guarderías donde el personal les dedicaba tiempo uno a uno hablan mejor que la media. Pero no tan bien como los que estuvieron al cuidado de los abuelos. Kirstine Hansen, directora de la investigación, propone una posible explicación de esta diferencia: “Los abuelos suelen esforzarse más por sentarse y hablar con los niños, en compensación por la falta de actividad física, pero también hay indicios de que ellos mismos manejan mejor la gramática, tienen mejor vocabulario y muestran más solicitud que otros en corregir los errores de los niños”.

Pero los niños a los que cuidaron los abuelos, cuando llegan a la escuela son sensiblemente menos sociables que la media. También presentan peor conducta, más hiperactividad y más problemas emocionales, aunque en estos aspectos la diferencia es pequeña.

Un efecto positivo adicional de las guarderías, según el estudio, es que contribuyen a compensar las desventajas sociales. Los niños menos favorecidos -de clase social más baja, o con padres de menor nivel de instrucción-, en las guarderías se aproximan más a la media, cosa que no se detecta entre los atendidos por los abuelos.

Como por motivos económicos y de otros tipos, muchas familias no podrán prescindir de la ayuda de los abuelos, los autores del estudio proponen reconocer formalmente su papel, para aprovechar mejor sus puntos fuertes y suplir sus carencias. Su idea es que se les facilite formación y apoyo económico en forma de deducciones fiscales. Estas ayudas están disponibles hoy en Gran Bretaña para las personas mayores que cuidan niños, pero solo si son voluntarios no emparentados con los pequeños.

De todas formas, no hay que angustiarse ante la decisión de llevar a los niños a la guardería o confiarlos a los abuelos -si es que uno puede elegir-. Los efectos de una u otra fórmula no son grandes, y en la mayor parte de los aspectos influyen más otros factores, como el nivel de instrucción de los padres, o si la familia está completa o es monoparental.

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