En Gran Bretaña, la proporción de hombres entre el total de personas empleadas en el servicio doméstico ha subido del 17% al 39% en los últimos veinte años. Este avance hacia la paridad sexual no se debe apenas a que haya más hombres contratados para lavar la ropa, hacer la limpieza o cuidar a los niños, sino a que las familias recurren más a ayudas externas para hacer las reparaciones de que solía encargarse el marido. Y como sucede con las asistentas, muchos mantenedores son inmigrantes. Así que no es raro ver en una casa a una filipina haciendo la comida y a un rumano encolando sillas. El tradicional reparto de tareas del hogar entre los sexos se mantiene en gran parte en el sector de la ayuda domés ...
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