Juan Luis Lorda (ed.)

Considerado por el magisterio de la Iglesia como un don precioso, el celibato no es un lastre sino un compromiso que ha de asumir generosamente quien es llamado a la vida sacerdotal.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.