A través de las historias de la familia Mani, el autor ofrece una visión minuciosa y rica de la vida de los judíos en Turquía, en Atenas, en Beirut, en Creta y, sobre todo, en Jerusalén.
Una mujer en Jerusalén se ocupa no tanto de la realidad actual del Estado de Israel y sus conflictos internos, cuanto de asuntos universales que atañen a todas las conciencias.