Los medios en la guerra: patriotismo e información

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La actitud de algunos medios norteamericanos en la guerra de Afganistán y el control informativo que ejercen el Pentágono y la Casa Blanca, han dado lugar a un debate sobre el conflicto entre el patriotismo y la profesionalidad de los periodistas.

Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, los periodistas corren el peligro de ser considerados poco patriotas si informan de un modo que las autoridades militares o el público consideran inapropiado. Cuenta Thomas Sancton, ex delegado de Time en París, en un artículo publicado en Le Monde (30-XI-2001), que la cadena de radio gubernamental La Voz de América recibió instrucciones de no emitir una entrevista con el Mulá Omar. Newsweek canceló una noticia sobre el derribo de un avión estadounidense no tripulado porque el Pentágono le aseguró que «esa información podía ser peligrosa para nuestra estrategia militar». Cuando USA Today anunció la presencia de fuerzas especiales norteamericanas en Afganistán, recibió un monitum del portavoz de la Casa Blanca que tildó al periódico de «irresponsable y antipatriótico».

La venganza vende y Fox News Channel parece tenerlo claro. Además de la profusión de banderas norteamericanas ondeantes en los fondos de sus informaciones y en las solapas de sus presentadores, proliferan en boca de éstos últimos los epítetos «saco de basura» y «monstruo» para referirse a Bin Laden, mientras se alude a los miembros de Al Qaeda como «matones terroristas». «No creo que el gobierno de Estados Unidos y Al Qaeda sean moralmente equivalentes -se ha defendido el vicepresidente de Fox News, John Moody-. Uno es una democracia y otro una banda de terroristas. Me da igual si eso se nota en nuestros reportajes».

A Ellen Goodman (Boston Globe, 6-XII-2001) no le gustan esas actitudes y pone en cuestión el mantra difundido por la Fox: «Be accurate, Be fair, Be American» (sé preciso, sé imparcial, sé americano). «Puedes ser patriota y periodista, pero practicar el periodismo patriótico suena a propaganda». Goodman -después de recordar que el corresponsal del Globe en Afganistán perdió a su padre, que viajaba en uno de los aviones secuestrados- cuestiona la actitud de Geraldo Rivera, popular presentador de un talk show, convertido en corresponsal de guerra de la Fox en Afganistán. Rivera declaró que preferiría disparar contra Bin Laden antes que entrevistarle.

Fox News Channel, propiedad del magnate Rupert Murdoch, es la gran competidora de la CNN, encumbrada por su cobertura informativa de la Guerra del Golfo. La Fox ha subido su audiencia en un 43% respecto a las mismas fechas del pasado año, superando a la hasta ahora imbatible CNN, propiedad de AOL Time Warner. La Fox lo ha conseguido, según Jim Rutenberg (New York Times, 3-XII-2001), arrojando por la borda muchas reglas que han guiado la información televisiva desde hace 50 años. Para no ser menos que la Fox, la dirección de CNN ordenó a sus corresponsales que cada vez que mostrasen imágenes de víctimas civiles de los bombardeos norteamericanos en Afganistán hicieran también mención de las víctimas del 11 de septiembre. El Hartford Courant (4-XI-2001) confiesa haber recibido 550 quejas por haber mostrado la foto de un bebé muerto en un bombardeo americano.

Mark Whitaker, director de Newsweek, ha señalado que «una de las funciones de la prensa es reflejar el estado de ánimo del país. En la medida en que estas manifestaciones patrióticas traducen el sentimiento actual de la nación, es legítimo» (citado por Thomas Sancton).

Sobre la reacción de los ciudadanos norteamericanos ante las cuestiones expuestas, un sondeo de Los Angeles Times señala que el 59% de los norteamericanos considera adecuado el estrecho control del Pentágono sobre la cobertura mediática del conflicto. Buena parte del público de Estados Unidos acusa a la prensa de falta de patriotismo cuando sus informaciones revelan datos que, a su juicio, podrían dañar el esfuerzo de guerra. Sin embargo, muchas veces esas informaciones habían sido facilitadas por fuentes del Pentágono o estaban en la web del Ministerio de Defensa. Según Gina Lubrano, responsable de relaciones con los lectores en el San Diego Union Tribune (4-XI-2001), «los americanos tienen tanto miedo que, cuando leen informaciones que no les gustan, ponen en duda el patriotismo del periódico».

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