La sala de lo social del Tribunal Supremo francés falló el 17 de abril a favor de tres ex redactoras de la revista femenina Voici, que dejaron la empresa invocando la cláusula de conciencia. La sentencia confirma otras dos de tribunales precedentes.
El caso comenzó en 1990, cuando, para recuperar lectores, el semanario femenino y familiar Voici se transformó en una revista sensacionalista que aireaba escándalos de la vida privada de personas famosas. El viraje fue eficaz, pues en 1995 la difusión subió a más de 800.000 ejemplares, aunque a costa de varias querellas por parte de personas que se consideraron difamadas. Al poco del cambio de fórmula, tres redactoras decidieron marcharse de la revista invocando la cláusula de conciencia y pidiendo la consiguiente indemnización.
En 1992 la magistratura de trabajo les dio la razón. Pero el grupo propietario de la revista, Prisma Presse (filial francesa de Grüner und Jahr), recurrió la sentencia, alegando que no había variado la línea editorial. Sin suerte, pues el Tribunal de Apelación confirmó el fallo en 1993. Por último, el Tribunal Supremo ha sentenciado nuevamente en el mismo sentido. La decisión del Supremo precisa que «el cambio notable de la orientación de la publicación crea para las tres periodistas una situación cuya naturaleza ocasiona daño a sus intereses morales».
Le Monde (23-IV-96) opina que se trata de una sentencia importante, pues la cláusula de conciencia se invoca generalmente cuando cambia la línea política de un periódico. Y, en este caso, la motivación política no existe. El fallo afirma que en una empresa periodística el trabajo compromete la conciencia y la moral de los periodistas, lo que no les permite trabajar en cualquier situación.