Los responsables de los medios de comunicación deben convencerse de que los contenidos positivos, presentados de modo adecuado, pueden también obtener una gran audiencia. Así lo dijo Juan Pablo II a los participantes en un encuentro internacional sobre «Los derechos de la familia y los medios de comunicación», que se celebró en el Vaticano, en el ámbito de la preparación del Año Internacional de la Familia, que será en 1994.
El Papa recordó las repercusiones éticas que tienen en el público los mensajes y modelos de vida divulgados por los medios de comunicación. Los propietarios y profesionales tienen, por eso, «una responsabilidad moral sobre la ‘ecología humana’, pues tales medios pueden provocar una contaminación de los espíritus no menos preocupante que la contaminación del medio ambiente». Añadió que es necesario establecer una legislación seria, que luego se lleve a la práctica, y fomentar una mayor responsabilidad por parte de los profesionales, padres, educadores y autoridades públicas.
«La familia y la comunidad pueden ejercer una digna presión moral sobre los grandes centros de producción, no sólo con el fin de obtener cambios decisivos, sino también para persuadirlos de que los contenidos válidos, ofrecidos del modo adecuado, pueden recibir una amplia acogida e incluso un éxito mayor», dijo el Papa.
Los padres y educadores, precisó Juan Pablo II, deben asumir sus propias responsabilidades incluso creando asociaciones con el fin de salvaguardar en este campo la integridad de las familias.