Durante los últimos años se ha despertado un gran interés por la influencia de acontecimientos tempranos en la vida de las personas y sus repercusiones en la salud a largo plazo. La importancia de los “1.000 primeros días” es un ejemplo claro: la alimentación y otros factores ambientales que tienen lugar en el periodo comprendido entre la concepción y el final del segundo año de vida condicionan el riesgo de algunas enfermedades crónicas en la vida adulta.
Pero también la exposición a la adversidad en los primeros años de vida se a ...
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