Aves acuáticas en Doñana
Doñana es un territorio muy dinámico, en continuo movimiento e imparable. Ni el maremoto de 1755, que arrasó sus playas, sus dunas y sus marismas pudo detener su evolución. Los humanos hemos intervenido estas tierras mediante el fuego, motosierras y bulldozers. Desde los planes de la República en 1934 para conectar por carretera Almonte con Sanlúcar de Barrameda, pasando por las plantaciones de eucaliptos en época de Franco y terminando en los regadíos del Plan Almonte Marismas, Doñana no ha cesado de recibir impactos. Este es el territorio de la paradoja administrativa: una Doñana entre dos aguas, las aguas de la conservación y las aguas del desarrollo.
Así se ha vuelto a comprobar recientemente, a raíz del proyecto de la Junta de Andalucía para ampliar las tierras de cultivo calificadas como de regadío. La polémica ha llegado más allá de las fronteras españolas, hasta el Parlamento y la Comisión de la UE, así como a la UNESCO. Trataremos de aclarar la cuestión mediante una serie de preguntas y respuestas.
¿Doñana se está secando por causas naturales o humanas?
Según un estudio recién publicado en Science, en todo el mundo han disminuido las masas de agua dulce superficiales: por término medio, el 36% de la pérdida es debida al clima y el 20%, a la sobreexplotación humana. ¿Es Doñana un caso especial?
Es cierto que el clima lo determina todo, tanto es así que la estabilidad climática de los últimos 10.000 años, con oscilaciones inferiores a +/– 1 ºC, posibilitó el desarrollo de la agricultura, la ganadería y las civilizaciones.
Dicho esto, la citada publicación de Science se centra en los lagos. Sin embargo, el humedal de Doñana tiene un carácter diferente y más diverso que el de los lagos.
En Doñana existen dos tipos de masas de agua de carácter y dinámica muy diferente. Por una parte, sobre las arenas encontramos lagunas someras, charcos, ribetes y arroyos que, aunque alimentados por las lluvias, su persistencia tras la estación húmeda es muy dependiente del nivel del agua subterránea o acuífero. Sobre las arcillas, en las que se asienta la marisma, la dinámica hídrica es diferente; son terrenos impermeables en los que hay poca infiltración de agua al subsuelo, de manera que toda el agua de lluvia y el que aportan los diferentes cursos de agua se acumula en una extensión de agua de muy poca profundidad, pero de miles de hectáreas de extensión.
Así, las lagunas de Doñana dependen del nivel del agua almacenada o confinada en las arenas, originadas por la surgencia del nivel freático. Si el nivel del acuífero permanece bajo, las lagunas desaparecen. Y si los niveles del acuífero son altos, el agua surge en superficie en numerosos puntos, formando hasta 3.000 lagunas someras. Lógicamente, para que el nivel del acuífero sea alto, tiene que haber aportes de agua que en último término proceden de la lluvia, pero en condiciones naturales, exceptuando períodos de varios años de sequía, parte de las lagunas se mantendrían sin demasiados problemas durante la estación seca. En otras palabras, sin un acuífero recargado no hay lagunas en Doñana.
Mientras la extracción de los acuíferos para riegos y proyectos turísticos se ha multiplicado por seis, el agua llegada a los ríos y humedales ha caído a la mitad
Por el contrario, la marisma es muy dependiente de la abundancia de lluvias durante la estación húmeda.
¿En qué situación se encuentran los humedales de Doñana?
Desde un punto de vista ecológico no pasan por su mejor momento. Las marismas, tras dos años de lluvias muy escasas, están secas desde hace meses. Por su parte, la situación del acuífero no ha hecho más que empeorar en los últimos decenios; mientras la extracción de los acuíferos para riegos y el desarrollo turístico de Matalascañas se ha multiplicado por seis, el agua que ha llegado a los ríos y humedales desde los depósitos subterráneos ha caído a la mitad, según revela un informe oficial del Instituto Geológico y Minero.
Un buen invierno de lluvias puede ser suficiente para llenar la marisma de agua hasta el verano siguiente, pero detener el declive del acuífero y recuperarlo puede llevar muchos años, dependiendo del futuro control de las extracciones, incluido el cierre de pozos, y de las precipitaciones, con una tendencia hacia el aumento de años secos y calurosos.
¿Qué valor medioambiental tiene Doñana?
Como el mayor humedal de Europa Occidental, a nivel ambiental los servicios que presta son vitales; genera oxígeno, absorbe CO2 y nitratos, y recicla y nos provee de agua. En esencia, necesitamos más Doñanas, pero no se pueden diseñar o construir Doñanas.
Por otro lado, su localización geográfica como puente entre Europa y África la hace única en muchos sentidos. El principal, como un punto vital de invernada para las aves del norte de Europa, además de zona de cría para muchas especies de origen africano. Su litoral es también zona de repostaje en la ruta migratoria entre el Atlántico y el Mediterráneo de especies costeras y marinas. Y no sólo destaca por las aves, quizá unas cifras reflejen mejor su importancia: Doñana acoge 560 especies de vertebrados que se reparten de la siguiente manera: 400 especies de aves, 35 especies de mamíferos continentales, 15 especies de mamíferos marinos, 11 especies de anfibios, 27 especies de reptiles, 20 especies de peces de agua dulce y al menos 52 especies de peces litorales. Citar la lista de invertebrados sería casi interminable, y en lo que se refiere a flora, aparte de comunidades vegetales únicas en Doñana, están presentes en torno a mil especies vegetales, algunas de las cuales son endémicas de aquí.
Esta singular situación geográfica y biodiversidad se han visto reconocidas en las siguientes figuras de protección internacional: Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Reserva de la Biosfera, Diploma del Consejo de Europa, Red Natura 2000, Convenio Ramsar y Lista Verde de Áreas Protegidas de la UICN.
Pero estos reconocimientos no son vitalicios. Recientemente, la UNESCO plantea llevar la retirada del reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad en su próxima reunión de septiembre, consideran que el nuevo plan de regadíos comprometería los valores por los que se le otorgó este reconocimiento en 1994.
¿Se han perdido especies por la degradación de los hábitats?
Sí. El 60% de los peces de agua dulce presentan graves problemas de conservación. Todas las comunidades asociadas a las lagunas someras están sufriendo un marcado retroceso, tanto en número de especies como en biomasa. Es el caso de los anfibios, de los invertebrados acuáticos, de las plantas lagunares y de los brezales.
Por otro lado, la calidad del agua se ve afectada por el flujo de nitratos, pesticidas y otros contaminantes procedentes de la agricultura, en especial en el sector del acuífero denominado Rocina. Los niveles de nitratos registrados en el mencionado sector doblan el límite legal. Tras décadas de uso de pesticidas su presencia se extiende por todo el ecosistema, con efectos negativos, muchos aún desconocidos. El águila imperial quizá la especie más emblemática del espacio, se encuentran en su peor momento y con una tendencia preocupante.
En resumen, a la situación actual de la sobreexplotación de tres de los cinco sectores del acuífero, debemos añadir el efecto combinado de los excesos de nitratos y fertilizantes agrícolas, a lo que hay que sumar la incipiente tendencia hacia un clima más seco en la región, con la consiguiente reducción progresiva de los aportes de agua y un aumento del riesgo de grandes incendios forestales, como el sucedido en 2017.
Cuando se declaró el Parque Nacional de Doñana (1969), ¿comprendía zonas habitadas o explotaciones agrícolas?
No. Por aquel entonces se inició la “carrera” entre la conservación de la naturaleza (con la creación de la Reserva Biológica de Doñana en 1964) y el desarrollo de Matalascañas, (declarada de Interés Turístico Nacional en 1968). En términos de área protegida, Doñana ha crecido de las 6.400 hectáreas en 1964 hasta las 128.580 hectáreas actuales. Esa superficie representa el 44% de la zona de influencia socioeconómica que se puede considerar bajo la denominación genérica “Doñana”, integrada por 14 municipios de Huelva, Sevilla y Cádiz, que suman un total de 290.000 hectáreas.
Muchos de los terrenos de cultivo en Doñana no son propiedad privada, sino concesiones administrativas de suelo público
Por tanto, el uso agrícola de este territorio tiene su origen en fechas más recientes, a partir de 1972 con el Plan Almonte Marismas, financiado en parte por la FAO, organismo dependiente de la ONU.
¿Fue acertado el “Plan de la Fresa” (2014), que permitió regar cultivos?
Sobre el papel, todo parecía que sí, sin embargo, el Plan no se llegó a desarrollar por completo; cinco años después de su aprobación y según un informe de evaluación de WWF, el 80% de las acciones comprometidas no se habían ejecutado. Parte de la responsabilidad es de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, organismo responsable del control y gestión de las aguas subterráneas, aunque ha dado algún paso importante, cerrando extracciones ilegales y comprando uno de los pozos con mayores derechos de agua para evitar su explotación.
¿Con qué agua se riegan los cultivos en el entorno de Doñana?
Con la de todos. El 75% del consumo de agua de la región se destina al riego agrícola.
¿Se toleraron pozos ilegales?
La tolerancia activa, que considerando la normativa es un delito, se desarrolla desde los años 80 con un modus operandi concreto: La Junta de Andalucía cede terrenos públicos a los Ayuntamientos y éstos firman convenios con empresas y cooperativas agrícolas, que a su vez ceden terrenos a particulares para el cultivo de fresas, quienes construyen y utilizan pozos sin ningún tipo de control. Es decir, muchas de esas tierras agrícolas no son propiedades privadas, sino concesiones administrativas.
Finalmente, la tolerancia activa intenta legalizar lo ilegal, fórmula que no es de ahora, tiene su antecedente más reciente en el Plan de Ordenación Territorial de 2003, que pretendía realizarlo a través de la figura de los “regadíos consolidados”, para al menos poner fin al aumento del robo masivo del agua.
¿En qué se basó el Tribunal de Justicia de la UE al condenar a España por no proteger los humedales de Doñana?
El TJUE señala a todas las administraciones responsables de cuidar Doñana (locales, regionales y estatales), en el sentido de que están incumpliendo el derecho comunitario enmarcado dentro de la Directiva Marco del Agua y Hábitats, con evidencias de que se están produciendo daños graves sobre la biodiversidad.
La UE califica como evidencias sólidas las pruebas aportadas por los científicos sobre los efectos adversos de la sobreexplotación del agua subterránea de Doñana.
¿Por qué el gobierno de Andalucía quiere recalificar como regadío otros cultivos no incluidos en el “Plan de la Fresa”, aunque no pueda asegurarles la concesión del agua, porque compete a la Confederación Hidrográfica?
Este tipo de decisiones hay que analizarlo desde un contexto previo a unas elecciones, en el que Doñana cumple su función social como caja de resonancia política. En un contexto climático con una tendencia hacia una prolongación de la estación seca y reducción de lluvias, prometer más agua legalizando pozos y trayéndola de otras cuencas hidrográficas no encaja dentro de la protección del territorio Doñana. En mi opinión, no habrá legalización de pozos ilegales en la corona norte; de acertar, supondría un cambio en la tendencia de los últimos cincuenta años.
Los consumidores europeos de frutos rojos están atentos a lo que suceda en Doñana; una posible campaña de desprestigio internacional afectaría a todos los cultivos de la provincia
¿Eso sería regularizar extracciones ilegales?
Eso sería recalificar cultivos de secano y tierras forestales a cultivos de regadío. La extracción de agua quedaría prohibida, por lo que la única opción sería traer el agua mediante conductos de otras cuencas; pero mientras eso sucede, todo apunta a que se seguiría extrayendo agua del subsuelo y el problema podría continuar dilatándose y agravándose en el tiempo. La construcción de la infraestructura de canalización necesaria presenta numerosos problemas técnicos, legales, sociales, ambientales y económicos.
¿Cuáles son los argumentos de los agricultores a favor de la recalificación?
Los agricultores afectados argumentan que pagan sus impuestos, que generan riqueza y puestos de trabajo en la región y que hay agua para todos. Sin embargo, no todos los agricultores están a favor de la recalificación. Los que han llevado siempre sus explotaciones en el marco de la legalidad, consideran que se trata de una competencia desleal, dado que ellos sí cumplen las normas y pagaron un precio mayor por tierras de regadío, precisamente para poder regar. Quien adquiere tierras de secano o forestales sabe que son más baratas que las de regadío y sin derecho a riego. Pero la situación podría derivar en un resultado del tipo “todos pierden”, dado que los grandes consumidores europeos de frutos rojos están atentos a lo que suceda aquí en Doñana; una posible campaña de desprestigio internacional afectaría probablemente a todos los cultivos de la provincia, incluso aquellos que no tienen nada que ver con Doñana. En Alemania ha comenzado una para que los supermercados no compren fresas cultivadas en la zona.
¿Se recuperaría el acuífero con el aporte de agua del trasvase, aprobado pero no comenzado a ejecutar, desde la cuenca del Odiel?
Solo se puede recuperar el acuífero permitiendo que se recargue mediante la lluvia y el cese de todas las extracciones. El trasvase permitiría detener la extracción para fines agrícolas y urbanos, pero no incidiría directamente sobre la recuperación, únicamente dependiente de las precipitaciones. Y en el marco ya comentado de cambio climático, esa recuperación arroja incertidumbres, las mismas a las que nos enfrentamos de forma global mientras miramos a otro lado. Por poner un ejemplo de su envergadura: este año en Panamá ha llovido un 50% menos respecto a la media anual de la región, circunstancia que afectará al funcionamiento del Canal de Panamá y en consecuencia repercutirá en el comercio global de una manera que aún no podemos estimar.
Podemos terminar con una cita de la encíclica Laudato si’, del Papa Francisco: “El agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas terrestres y acuáticos”( n. 28).
José Mª Galán
Presidente de la Asociación Guías de Doñana
2 Comentarios
Se lo puedo enviar a mi tio Miguel?
Juan