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Universidades y empresas holandesas a la caza de los mejores estudiantes

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Amsterdam. Después de décadas en las que el igualitarismo era de buen tono, las universidades y las empresas holandesas se han lanzado ahora sin ningún reparo a la caza de los mejores estudiantes. Para conseguirlo, las autoridades universitarias atenderán más a los resultados académicos. Hasta ahora se seguía el sistema de sortear los puestos disponibles en las distintos estudios sin tener en cuenta el expediente académico. La política académica que ahora desean adoptar -aún pendiente de aprobación oficial- es que los jóvenes que finalicen la enseñanza secundaria con un promedio de ocho, tengan derecho a estudiar carreras en las que existe numerus clausus como medicina, odontología, veterinaria, fisioterapia y periodismo.

Por otra parte, la Universidad Técnica de Delft se ha lanzado a reclutar futuros estudiantes ya entre los alumnos de primaria. A las campañas de información dirigidas a los alumnos de enseñanza media que ya se realizaban, se han venido a sumar desde el año pasado acciones concretas para interesar por la técnica a los niños de 11 años. Y es que varias universidades técnicas como las de Delft, Eindhoven y Twente, están experimentando un descenso de alumnos, debido sobre todo a la mala imagen que tienen estos estudios.

El pasado 21 de mayo, doscientos alumnos de once años, aquellos que habían alcanzado los mejores resultados en el test nacional para elegir el tipo de enseñanza media, hicieron otra prueba en la Universidad de Delft. Los treinta mejores realizaron una visita guiada a la Universidad y a empresas técnicas de los alrededores.

También las grandes empresas holandesas (Shell, Unilever, Heineken, Philips, ING, KNP) se dedican ahora a buscar a los mejores estudiantes sin esperar a que llamen a sus puertas. Envían a miembros de su personal a impartir clases en las facultades, organizan business courses, jornadas para estudio de «casos», participan en congresos, etc. Después de estas actividades las empresas invitan a los mejores estudiantes a que soliciten un empleo. Este tipo de búsqueda, que ya está en marcha desde hace un par de años, ha creado también su propia terminología. Con el término «hypo» (high potentials) se denomina al estudiante que es punto de mira de todas las empresas por su curriculum vitae.

Sin embargo, las empresas no sólo piden a los futuros empleados una inteligencia brillante, cursos en multinacionales o resultados académicos, sino también personalidad y un amplio campo de intereses. En esta línea, recientemente contaba sus experiencias a la prensa un estudiante de economía de la universidad Erasmus de Rotterdam. Este «hypo», ya fichado por la KPN (Correos holandés), es asistente de un catedrático, miembro de comisiones en asociaciones de estudiantes y lleva ya tres años en un grupo de voluntariado dedicado a la atención de gente sin hogar. Con una mezcla de idealismo y de sentido práctico, afirmaba que este último trabajo lo hacía para devolver algo de lo mucho que ha recibido, aunque también reconocía que era un punto a su favor en su curriculum.

Carmen Montón

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