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Reacciones contra la aprobación de la píldora abortiva en Europa

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La aprobación el pasado 6 de julio de la píldora abortiva RU 486 en ocho países de la Unión Europea (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Grecia y Holanda) ha provocado reacciones contrarias.

En Alemania, varios políticos se han pronunciado en contra de la RU 486, entre ellos Barbara Stamm (CSU), ministra de Sanidad de Baviera. Stamm señala que «la introducción de la píldora abortiva contradice la obligación del Estado de proteger la vida no nacida. La RU 486 trivializa de manera espantosa el homicidio de niños no nacidos. Con el tiempo arraigará en la sociedad la idea de que basta con tomar una píldora para borrar el problema del mapa».

Por su parte, Mons. Karl Lehman, presidente de la Conferencia Episcopal alemana, afirma que «la introducción de la RU 486 convierte el embarazo en una enfermedad y el hijo no nacido en un problema que hay que solucionar».

También en Alemania, el presidente del Colegio de Ginecólogos, Armin Malter, ha advertido que «el uso de la píldora supone un mayor peso psicológico para las mujeres, ya que estas, al tomar directamente la píldora sin ayuda de nadie, se ven a sí mismas como autoras del aborto».

En España, el Card. Antonio María Rouco, presidente de la Conferencia Episcopal, ha publicado una carta pastoral sobre la píldora abortiva. «Nos encontramos -dice- ante una decisión de las autoridades sanitarias que va a aumentar la desprotección y el desvalimiento de los no nacidos y de su derecho a la vida, cuya vulnerabilidad se acrecienta hasta límites que ni siquiera la vigente ley despenalizadora del aborto podría controlar». En opinión del cardenal, la discusión suscitada en numerosos países en torno a los problemas médicos, éticos y jurídicos de la píldora demuestra que «se tiene conciencia de que su empleo significa un nuevo y cualitativo paso en el abandono, por parte del Estado y del derecho positivo, de su primordial tarea de proteger y garantizar el derecho a la vida de todo ser humano, sobre todo de los más inermes e inocentes».

En Italia, L’Osservatore Romano se hace eco de la cuestión. En un artículo titulado «Una decisión aberrante contra la vida concebida», el teólogo Gino Concetti subraya la inhumanidad que muestra «una nación que incentiva con medios más rápidos y funcionales la muerte de niños no nacidos». Añade que, con la RU 486, el no nacido «es destruido sin piedad, como si fuera un malhechor, un criminal. En cambio, es un ser humano inocente, capaz de reaccionar al dolor y a los sentimientos, y de crear un conjunto de relaciones con la madre, que lo nutre no sólo biológicamente».

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