La Santa Sede quiere un cambio en Caritas

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La Santa Sede quiere que la identidad católica de Caritas se manifieste más en sus principios y en sus métodos, y en la defensa de una “sana visión antropológica” en el plano internacional

Caritas Internationalis ha celebrado en Roma del 22 al 27 de mayo su asamblea general, coincidiendo con los 60 años de su fundación. Pero no ha sido un evento meramente conmemorativo. Se ha debatido sobre la identidad eclesial de la organización y se ha elegido una nueva dirección, que deberá restablecer los lazos de confianza con el Vaticano, tras un periodo de tensiones.

Caritas tiene desde 2004 el estatus de “persona jurídica pública”. De acuerdo con sus reglas, el presidente y el secretario general han de recibir el nihil obstat del Vaticano antes de su elección. En los preparativos de la asamblea general, el presidente de Caritas, el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, recibió esa aprobación para un nuevo mandato de cuatro años; en cambio, el Vaticano se la denegó a la secretaria general Lesley-Anne Knight. Esta medida inusual llamó la atención y es un signo de que la Santa Sede quiere un cambio en el modo de operar de la dirección de Caritas.

Dos enfoques

Junto con las instituciones católicas de enseñanza y de la sanidad, Caritas representa la preocupación de la Iglesia por remediar las necesidades de los más desfavorecidos. Pero a la hora de la realización práctica, hay distintos enfoques, según dónde se ponga el acento.

Un enfoque, que sería el que quiere subrayar el Vaticano, hace hincapié en la identidad católica de Caritas, que se debe notar en sus principios y en sus métodos, distintos de los de otras organizaciones humanitarias. Su tarea de luchar contra la pobreza se enmarca dentro de la misión evangelizadora de la Iglesia, de modo que la gente descubra el amor de Dios y se sienta naturalmente atraída hacia la fe por la acción caritativa de los católicos.

El otro enfoque mantiene que, en el mundo actual, la actividad de Caritas debe verse en el contexto de la acción coordinada con ONG, gobiernos y otros organismos para combatir la lucha contra la pobreza. Esto llevaría a poner el acento más en los principios compartidos que en lo distintivo de la identidad católica. En líneas generales, la actuación de la secretaria saliente se ha movido en esta segunda dirección.

Pero tanto el veto vaticano a su reelección como el mensaje contenido en el discurso de Benedicto XVI a los 300 participantes en la asamblea general, indican que la Santa Sede quiere acentuar la identidad católica de Caritas.

Benedicto XVI: Caritas no es una ONG más

En primer lugar, Benedicto XVI destacó que Caritas no es una ONG ni su misión se reduce a mera filantropía. “Caritas Internationalis es distinta de otras agencias sociales porque es un organismo eclesial, que comparte la misión de la Iglesia”, dijo el papa. Recordó que en su encíclica Deus caritas est quiso “reafirmar la centralidad del testimonio de la caridad para la Iglesia de nuestro tiempo”, de modo que, a través de dicho testimonio, la Iglesia llegue a millones de hombres y mujeres, “haciendo posible que reconozcan y perciban el amor de Dios”. Aclaró que, para los cristianos, “Dios mismo es la fuente de la caridad, y la caridad ha de entenderse no solamente como una filantropía genérica, sino como don de sí”.

Una segunda directriz del Papa es que la labor de Caritas debe hacerse en unión con la jerarquía: “Pese a la variedad de formas canónicas asumidas por las Caritasnacionales, todas son una ayuda privilegiada para los obispos en su ejercicio de la caridad. Esto comporta una especial responsabilidad eclesial: la de dejarse guiar por los pastores de la Iglesia”. Y, desde el momento que Caritas Internationalis tiene un perfil universal y una personalidad jurídica canónica pública, la Santa Sede tiene el deber de “vigilar para que, tanto su acción humana y de caridad como el contenido de los documentos que difunde, estén en plena sintonía con la Sede Apostólica y con el Magisterio de la Iglesia, y para que se administre con competencia y de modo transparente”.

Una tercera orientación de Benedicto XVI se refiere al papel de Caritas en el plano internacional. En este aspecto animó a los participantes en la asamblea a “haceros portavoces ante la comunidad internacional de una sana visión antropológica, alimentada por la doctrina católica y comprometida en la defensa de la dignidad de cada vida humana”. Caritas está llamada a “ofrecer su propia contribución para llevar el mensaje de la Iglesia a la vida política y social en el plano internacional”. Sin pretender hablar oficialmente en nombre de todos los católicos en materias abiertas a la libre discusión, sí es necesario “promover de manera decidida aquellos valores que he definido a menudo como no negociables”.

La nueva dirección

Estas directrices tienen como trasfondo lo que ha sido fuente de problemas con la anterior secretaria general, Lesley-Anne Knight. Se le ha reprochado que, bajo su mandato, Caritas haya actuado a veces más como una ONG que como un organismo de la Iglesia; que haya tendido a pronunciarse en el ámbito internacional como si hablara en nombre de la Santa Sede, cosa que corresponde al cuerpo diplomático; y que apenas mantuviera contactos con Cor Unum, el organismo vaticano que supervisa la actividad caritativa de la Iglesia.

La nueva dirección elegida en la asamblea general deberá ocuparse de hacer realidad estas directrices. El cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, de 68 años, arzobispo de Tegucigalpa, ha sido elegido presidente de Caritas Internationalis para un segundo mandato de cuatro años con el 75% de los votos.

El nuevo secretario general, elegido por los 300 delegados, es el francés Michel Roy, que ha trabajado desde 1981 en Secours Catholique (Caritas de Francia) y tiene gran experiencia internacional. Casado, padre de dos hijos, es licenciado en Lenguas y estudios orientales, y tiene un master en Economía.

Los dos hombres deberán reconstruir una relación de confianza con la Santa Sede.

Según explicó Rodríguez Maradiaga, el Consejo Pontificio Cor Unum está preparando un documento para reafirmar la responsabilidad de los obispos sobre las Caritas locales o nacionales. También indicó que hay un diálogo abierto con la Secretaría de Estado para la revisión de los estatutos de Caritas, que todavía no están listos.

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