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El gobierno sudafricano se propone mejorar la formación profesional

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Johannesburgo. El gobierno de Sudáfrica ha anunciado un plan quinquenal para mejorar la capacitación profesional de la población y reducir el paro. En el plan participarán el Ministerio de Trabajo, el de Educación, un organismo creado para evaluar la calidad de los programas de capacitación, y diversas instituciones. El gobierno ha fijado los objetivos y estrategias después de analizar durante un año el nivel de formación profesional de la población sudafricana.

Los primeros pasos se dieron en abril de 1998, cuando el gobierno creó, con ayuda de la Unión Europea, la Southafrican Qualification Authority para elevar el nivel educativo de los programas de capacitación. Después, aprobó dos leyes para facilitar la inversión en el área de la capacitación y la recaudación de fondos para este fin. Por su parte, el Ministerio de Educación ya ha puesto en marcha una reforma educativa de todos los niveles de enseñanza, desde el básico hasta el universitario. Según la propuesta del gobierno, el Ministerio de Trabajo se encargará de coordinar la puesta en marcha del plan.

Los programas de capacitación serán impartidos por la Administración, las propias empresas y por centros educativos específicos. El gobierno ha destinado un porcentaje del presupuesto al plan. Las empresas quedarán exentas del impuesto sobre los beneficios si los invierten en capacitación del personal. Por último, están surgiendo numerosas organizaciones educativas dispuestas a colaborar. El gobierno ha creado un servicio estatal, la Sector Education and Training Authority, para orientar a estas entidades.

El gobierno pretende que el plan beneficie tanto a los que están trabajando actualmente como a los parados y a las nuevas generaciones. En 1997, las pequeñas y medianas empresas ocupaban alrededor del 47% de la población activa y contribuían al 42% del PIB. La tasa de paro se estima entre el 25% y el 37% (según la definición que se utilice) y afecta sobre todo a la población negra (el 75% de los sudafricanos) y a las mujeres, ya que no han tenido anteriormente la oportunidad de acceder a estudios.

El país se enfrenta también con el problema de la delincuencia -motivada por el desempleo y la pobreza- y el SIDA, que afecta a unos 4 millones de personas. En Sudáfrica existe un gran contraste entre la gente con capacitación profesional y los que no la tienen. La mayoría de los trabajadores han recibido una educación muy precaria y muchos no han terminado la enseñanza secundaria. Los que tienen empleo han recibido en sus propias empresas la formación necesaria para desempeñar su trabajo. Muchas pequeñas empresas no están registradas y, por tanto, no cumplen los requisitos legales de contratación ni los fiscales. Además, muy pocas empresas proporcionan formación profesional a sus empleados, lo que se traduce en una baja productividad. El sector público necesita una urgente remodelación. Por todo esto, el gobierno ha fijado unos objetivos que serán evaluados periódicamente. Entre otros, el gobierno espera que para marzo de 2005, el 70% de los trabajadores hayan alcanzado al menos un nivel de cualificación profesional y el 15% participen en alguna fase de los programas de formación.

Victoria Mainardi

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