El aborto por «decapitación» será prohibido en Estados Unidos

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El pasado 4 de junio la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por 282 votos contra 139 la prohibición del denominado aborto por «nacimiento parcial» o «decapitación». La medida pondrá fuera de la ley un método de aborto especialmente cruel que se emplea en los últimos meses del embarazo.

Consiste en extraer el feto vivo, excepto la cabeza, se perfora su cráneo y se saca la masa encefálica. La ley establece penas de multa e incluso de dos años de prisión para los médicos que lo practiquen.

Este método de aborto se aplica en relativamente pocos casos, de quinientos a mil al año. Sin embargo, los partidarios del aborto lo han defendido a capa y espada, porque sentaría el precedente de que caben limitaciones al aborto. El presidente Clinton vetó por dos veces una ley similar aprobada por el Congreso, exigiendo que se admitiera la excepción de riesgo para la salud de la madre. Pero esa excepción significaría no cambiar nada, pues, según la doctrina del Tribunal Supremo, se incluye en la salud todos los factores (físicos, emocionales, psicológicos, familiares…) que puedan influir en el bienestar de la mujer.

La decisión ha causado cierto revuelo en el país. El presidente Bush ha manifestado su apoyo. La Casa Blanca en un comunicado oficial señalaba que la ley aprobada «es moralmente aceptable y constitucionalmente lícita». Numerosos diputados republicanos manifestaban su satisfacción tras la decisión.

Por su parte, grupos pro-aborto (Planned Parenthood Federation, National Abortion Federation, American Civil Liberties Union, Reproductive Freedom Project) han manifestado la intención de bloquear la ley antes de que sea firmada por el presidente. Consideran que la legislación aprobada vulnera el derecho de la mujer a abortar reconocido en 1973. Para ello citan una sentencia del Tribunal Supremo del año 2000 que rechazó una ley similar que trató de aplicarse en Nebraska. La Corte señaló en aquella ocasión que la mujer debía tener derecho a un aborto tardío.

El asunto viene de lejos. En concreto, desde 1995, cuando los republicanos alcanzaron la mayoría en el Congreso y afirmaron que querían parar esta forma de abortar. Los abortistas han rechazado los sucesivos intentos de sacar adelante esta ley. También se ha opuesto a la prohibición el American College of Obstetricians and Gynecologists, que ha dicho que los médicos y pacientes, y no los legisladores, «son las personas apropiadas para determinar el mejor método a aplicar» en un aborto.

Ahora queda armonizar el texto de la Cámara de Representantes con el aprobado en marzo pasado en el Senado por 64 votos a favor y 33 en contra, con el que existen algunas diferencias. Se espera que para enero próximo esté lista la nueva ley y que sea firmada por Bush.

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