Altas tasas de eutanasia revelan deficientes cuidados paliativos

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En Holanda se recurre a la eutanasia con una frecuencia inaceptable, dice un editorial del New England Journal of Medicine (23-V-2002). Esto, añade, es síntoma de que allí se descuidan los cuidados paliativos a los enfermos terminales o incurables.

El editorial comenta un estudio, publicado en el mismo número de la revista, sobre la eutanasia en pacientes holandeses con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la enfermedad que sufre Stephen Hawking. Los autores, médicos de distintos hospitales o universidades de Holanda, examinaron los casos de 203 enfermos de ELA fallecidos entre 1994 y 1999. De ellos, a 35 (17,2%) se aplicó la eutanasia, y otros 6 (3%) se suicidaron con cooperación del médico. La proporción total (20,2%) es el doble de la que se registra en Holanda entre los pacientes de cáncer. En el caso de la ELA, los investigadores no hallaron ninguna relación estadística significativa con características particulares del paciente, el curso de la enfermedad o el tipo de tratamiento, con una excepción: los fallecidos por eutanasia presentaban, por término medio, mayor grado de incapacidad.

El comentario editorial está firmado por las doctoras estadounidenses Linda Ganzini y Susan Block, especialistas en enfermos terminales. Con datos de su país, confirman que la petición de eutanasia es más frecuente entre pacientes de ELA. Pero subrayan que las tasas en EE.UU. son mucho más bajas que las de Holanda. Así, en Oregón, donde está legalizado el suicidio con cooperación médica, recurrieron a él un 5% de los enfermos de ELA fallecidos en 1999, y el 0,4% de los enfermos de cáncer.

Las autoras señalan que «la depresión puede contribuir al deseo de morir», y así está comprobado en el caso del cáncer. Pero mientras el enfermo de cáncer puede confiar en que el mal retroceda y se alivien los síntomas, el ELA es una enfermedad degenerativa, cuyo curso es previsible. Esto exige unos esmerados cuidados paliativos que aborden todo lo que preocupa a los pacientes: los síntomas más molestos, la incapacidad progresiva, el peso que llevan los familiares… Estas atenciones «no solo reducen el interés por la eutanasia, sino además afirman la humanidad del paciente y pueden aliviar el profundo miedo que muchas personas sufren ante la inminencia de la muerte».

En opinión de las autoras, la eutanasia «puede ser un último recurso aceptable para un número muy pequeño de enfermos terminales». Una tasa alta probablemente refleja deficiencias de la atención médica: «mala preparación del personal sanitario, falta de acceso a servicios adecuados, devaluación de los moribundos o incluso presiones de otros para poner fin a la vida prematuramente». Ganzini y Block concluyen: «Según nuestra experiencia, clínica y de investigación, con pacientes de ELA y cáncer, las tasas de eutanasia que revela el estudio [en Holanda] -10% en los pacientes de cáncer y 20% en los de ELA- son inaceptablemente altas».

Disminuyen las notificaciones de eutanasia en Holanda

Amsterdam. Según el informe anual de las comisiones regionales que juzgan si el médico ha cumplido los requisitos legales al aplicar la eutanasia, el número de notificaciones ha disminuido. En 1999 se notificaron 2.216 casos de eutanasia, en 2000 bajaron a 2.153 y el año pasado se registraron 2.054. El Colegio de Médicos y las comisiones regionales interpretan esta disminución como consecuencia de que ahora los médicos están mejor equipados para aplicar la medicina paliativa.

Pero el catedrático emérito de Medicina Social de la Universidad de Amsterdam, H. Leenen, uno de los artífices de la ley de eutanasia, en una entrevista concedida al vespertino NRC Handelsblad, interpreta la baja de notificaciones de otro modo. A su juicio, las comisiones regionales que funcionan desde que la ley entró en vigor el pasado 1 de abril, son más estrictas, y esto ha frenado a los médicos cuando tienen que notificar la eutanasia. Cuando el acta de defunción iba directamente al ministerio fiscal era más o menos un puro trámite. Las comisiones profundizan más. Si el informe no está claro o sospechan que el médico ha ido demasiado lejos, le llaman a declarar. En el interrogatorio, según Leenen, hacen preguntas sobre el proceso de la enfermedad y sobre la rapidez con que se recurrió a la eutanasia.

El profesor Leenen apunta como solución dar más competencias a los médicos consultores (cfr. servicios 104/99 y 169/01) que asesoran a un médico de cabecera antes de recurrir a la eutanasia, para ver si se cumplen los requisitos y si hay otras alternativas de tratamiento. Además, como los consultores no tienen responsabilidad jurídica, el médico se sentirá más libre al realizar tal asesoramiento y el papel de las comisiones se reduciría a un puro procedimiento jurídico. En esta línea iba el consejo que la ONU dio a Holanda después de haber constatado en una investigación que la aplicación de la eutanasia en los Países Bajos estaba en contra de las normas de este organismo mundial.

Carmen Montón

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