La Web 2.0 transforma al receptor en usuario activo

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Cuando la gallina de los códigos binarios pareció reventar tras la burbuja de las punto-com, los escépticos ante todo gran avance en las comunicaciones se sonrieron. Sin embargo, la crisis de crecimiento, provocada por la avidez en explotar un mercado inmaduro, no fue sino el preludio de una nueva aceleración. Es difícil saber qué será de Internet dentro de unos años, pero lo que sea saldrá del actual maremágnum de novedades y renovación que están marcando la manera de comunicarse. Con ustedes, la Web 2.0.
Eduardo se fue a Estados Unidos a cursar un posgrado con una beca. Se compró un ordenador portátil, con webcam y buena conexión a Internet. Al llegar, abrió un blog para contar a su familia y amigos las peripecias vividas durante la experiencia y que ellos le comentasen. Las crónicas familiares iban acompañadas de las fotos que tomaba con su cámara digital e incluso de vídeos grabados con la webcam o con la cámara de fotos, que previamente había colgado en YouTube. Al menos una vez cada diez días, hablaba gratuitamente con su familia y amigos a través de Skype.

A su vuelta a España, volvió a reunir al grupo de música que había formado años atrás junto a compañeros de instituto y grabaron una canción y un vídeo muy sencillo que colgaron en Elhood.com y Myspace.com sin pagar. Gracias a eso, al menos son conocidos por más de 10.000 personas. Ahora, sueña con hacer sus propias crónicas audiovisuales desde Calcuta, cuando vaya el próximo verano. Quién sabe si mañana podría convertirse en el corresponsal en Asia para un videoblog o una televisión que emita online.

Cambio de herramientas

Eduardo no existe. Pero las herramientas de la Red que usó para mantener sus relaciones y crear otras nuevas son muy reales y comienzan a configurar de un modo nuevo el mundo, dando un sentido cada vez más vivo al concepto de «aldea global». Esas herramientas y algunas otras forman el esqueleto del Internet actual, nuevos cauces de comunicación que progresan a una vertiginosa velocidad y amenazan con ensanchar cada vez más las diferencias intergeneracionales y dejar fuera de juego al que no los conozca. ¿Es posible seguir el ritmo a la Web? ¿Es completamente necesario? Hagamos un repaso por este Nuevo Mundo.

La Web 2.0, término acuñado en 2004, se ha popularizado y aceptado. El concepto que subyace es de carácter técnico, es decir, la diferencia entre la Web 1.0 y la 2.0 está en su origen en el cambio en las herramientas de programación y las tecnologías utilizadas, incluyendo, por supuesto, el aumento del ancho de banda y por tanto de la velocidad en el tráfico, y la mejora de los equipos informáticos. Pero eso, unido a la creciente difusión de las nuevas tecnologías, lleva a una nueva manera de diseñar las páginas web, de establecer las relaciones entre internautas, con una mayor participación de un mayor número de gente. La Red dispara, para lo bueno y para lo malo, la democratización de contenidos.

Antes, el internauta era un mero receptor de contenidos. Ahora, es un usuario que interactúa. Internet ya no es un tablón de anuncios, sino un gran complejo donde la gente pulula, se relaciona, entra en una sala o en otra, y suelta lo que le da la gana, ya sea una profunda disertación sobre la «Iliada» o un insulto a su oponente dialéctico en una discusión sobre hip-hop. Existe la posibilidad de compartir contenidos de todo tipo -vídeo, audio, escritura, y en cualquier caso ideas-. El usuario tiene un potencial desconocido, puede llegar a muchos por muy poco. El sitio web que quiera cautivar debe, además, actualizarse continuamente, introduciendo contenidos, cambiándolos de orden, permitiendo que los visitantes puedan hacer su personal aportación y «llevarse» los contenidos a su propio rincón, favoreciendo la portabilidad. Y detrás de todo esto, una nube de emprendedores dispuestos a hacer dinero -y a perderlo- creando negocios en el medio.

Para ilustrar el concepto de Web 2.0, los creadores del término establecen diferentes comparaciones entre ésta y su predecesora. Lo que antes era la Enciclopedia Británica online es ahora la Wikipedia; las webs personales fueron sustituidas por los blogs; en lugar de la obligación de fidelizar («stickiness») al lector de tu página se habla ahora de sindicación y portabilidad, que es la posibilidad de trasladar contenidos (noticias, correos electrónicos, vídeos, sonido…) a otra página, una manera de cribar lo que realmente interesa al usuario. Esto queda ejemplificado en la personalización que permiten Google o Yahoo! para que uno pueda tener a tiro los titulares de los medios de comunicación que más le interesan o la gestión de la bandeja de entrada del correo… No predomina la publicación, sino la participación en Internet. Existe incluso un medidor del «grado de 2.0» que posee una web (ver abajo: «Enlaces de interés»).

Escritura colaborativa y wiki

Internet, en la medida en que aumenta su difusión y capacidad, se convierte en un disco duro al que se accede con facilidad desde cualquier lugar. Las creaciones pueden ser compartidas y modificadas por sucesivos usuarios.

Es el mundo Wiki (What I Know Is, «lo que yo sé es…» o wiki wiki, rápido en hawaiano). La enciclopedia es ahora universal no sólo en contenidos sino en autores y lectores: la Wikipedia (ver Aceprensa 13/06).

Ya hay programas gratuitos en la red que permiten escribir con todas las herramientas clásicas del Word a través de Internet, creando accesos a los documentos para las personas que uno autoriza, lo que facilita el trabajo en red. Google y Microsoft acaban de llegar a un acuerdo para crear Google Docs&Spreadsheets, un servicio que permite crear gratuitamente documentos de texto y hojas de cálculo con las herramientas de una versión limitada de Word y Excel, quedando guardados los archivos en una cuenta personal. Una herramienta extraordinariamente útil en enseñanza o en la empresa que sigue la misma filosofía del trabajo en red.

Redes sociales

Primero fueron los chats temáticos, conversaciones por escrito en tiempo real a través de la Red, convertidos en software y en fenómeno adolescente y juvenil con el Messenger. Myspace.com es el mejor representante del siguiente paso en el desarrollo del concepto de «red social». Myspace es un lugar de encuentro en el que caben blogs, vídeos, música, chats, anuncios clasificados, empleo… Basta darse de alta como usuario introduciendo una cuenta de correo, una clave y algunos datos personales -que pueden ser falsos, por supuesto-, y ante uno se abre un vasto panorama de relaciones internáuticas.

Con poca penetración en España, ya hay una copia del producto en español, Elhood.com. Cuando un usuario se da de alta, puede crear un blog o participar en otros, establecer su grupo de relaciones con amigos que ya estén en Myspace o con los que haga a través de este quieres-ser-mi-amigo virtual. Myspace cuenta con un directorio de colegios y universidades para que cada usuario pueda ponerse en contacto con compañeros de aula. Desde que fue comprada por la News Corp. de Rupert Murdoch (580 millones de dólares, 460 millones de euros) ofrece capítulos de series retransmitidas en la FoxTV.

Myspace es el lugar más visitado en los Estados Unidos. El 25% de sus usuarios son menores de edad, de ahí la creación de webs de red social al estilo Myspace pero dirigidas a chicos y chicas de entre 8 y 15 años. Imbee.com tiene incluso un área para profesores, de modo que puedan crear una prolongación de la escuela, para colgar documentos, crear un blog o aprender a utilizar mejor Internet.

ClubPenguin y Neopets -ésta para crear tu mascota virtual- son otras webs de red social dirigidas a un público infantil. Tweenland.com está dirigido a un público adolescente. Para ser miembro de estas redes es necesario un permiso por correo de de los padres, su firma en un formulario de permiso o una verificación mediante la tarjeta de crédito del progenitor.

En Oriente el mundo de las redes sociales está dominado por Cyworld, que ya busca su entrada en el mercado occidental, del mismo modo que Myspace comienza a penetrar los mercados asiáticos.

Agustín Alonso-GutiérrezLoreto Corredoira y Alfonso, profesora de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense (Madrid), ha contribuido a la elaboración de este artículo. Su blog es http://infosociedad.blogspot.com.Enlaces de interés:— Cómo hacer un blog: Aceprensa 7/06.— Qué es la web 2.0.— Medidor de web 2.0.— Conferencia O'Reilly sobre web 2.0.

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