Liubliana. La polémica en torno al referéndum sobre la Ley de muerte asistida, celebrado recientemente en Eslovenia, parecía haberse apaciguado en los últimos días. Sin embargo, lejos de cerrarse, el debate sobre el papel de la Iglesia, las organizaciones médicas y otros actores sociales en este proceso vuelve a ocupar un lugar central en la discusión pública.
Tras el claro posicionamiento de los obispos eslovenos –respaldados por asociaciones médicas, representantes de diversas comunidades religiosas y múltiples iniciativas civiles– en favor del voto en contra de la ley, han resurgido acusaciones de presunta injerencia e irregularidades durante la campaña.
Denuncian una “campaña injusta”
La asociación Srebrna nit, principal promotora de la propuesta legislativa, sostiene que la campaña previa al referéndum “no fue justa” y ha solicitado formalmente la anulación de los resultados. El pasado 3 de diciembre, la organización interpuso una impugnación ante la Comisión Electoral Estatal (DVK), alegando violaciones graves en el proceso.
En una rueda de prensa, Irena Žagar, presidenta de la asociación, afirmó que las irregularidades “influyeron de manera decisiva en el resultado final”, motivo por el cual se vieron “obligados” a presentar la impugnación.
Por su parte, Bogdan Biščak, coautor de la objeción, detalló los dos ejes principales de la denuncia. En primer lugar, acusó a la Iglesia católica y a diversas organizaciones médicas de participar activamente en la campaña sin registrarse como “organizadoras”, tal como exige la Ley de Campañas Electorales y de Referéndum. En segundo lugar, denunció la difusión de “informaciones falsas” por parte de los opositores, quienes –según dijo– tergiversaron el contenido de la propuesta legislativa. Entre esas supuestas falsedades mencionó afirmaciones de que la ley permitiría la eutanasia de personas con enfermedades mentales, discapacidades, menores o personas en situación de pobreza, así como la falta de información a familiares y la manipulación de casos dados en el extranjero.
Biščak sostuvo que estas violaciones “pudieron haber alterado significativamente el resultado” y que, en consecuencia, el referéndum debería repetirse.
Los opositores a la ley rechazan las acusaciones
En el lado opuesto, Aleš Primc, líder del movimiento Voz para los Niños y las Familias y uno de los principales referentes de la campaña contra la ley, respondió con firmeza a las críticas de Srebrna nit. En conferencia de prensa, agradeció a los ciudadanos que votaron en contra de la normativa y celebró lo que calificó como “una victoria honesta contra las presiones hacia enfermos, discapacitados y ancianos”.
Primc utilizó un lenguaje contundente al acusar a los promotores de la ley de “fomentar el envenenamiento de pacientes”, una expresión que ya había marcado su discurso durante la campaña. Además, planteó si el expresidente Milan Kučan no debería ser considerado “organizador” de la campaña a favor de la ley por haberla respaldado públicamente. También criticó duramente a RTV Slovenija (la radiotelevisión pública), a la que acusó de “promover intensamente el envenenamiento de pacientes” durante el proceso preelectoral.
Finalmente, Primc sostuvo que ciertos grupos “no pueden aceptar la derrota” y que ahora “buscan revertir la voluntad expresada por los votantes”.
Un debate que promete continuar
Aunque el escrutinio del referéndum ya concluyó, las tensiones políticas, éticas y sociales en torno a la muerte asistida continúan polarizando a la sociedad eslovena. La DVK deberá ahora evaluar la objeción presentada y determinar si existen fundamentos legales para convocar una nueva votación. Mientras tanto, el debate promete seguir abierto, con posiciones cada vez más firmes a ambos lados del espectro.