La última llamada es, como su nombre indica, la definitiva, el final de una cadena de consultas. El the end de una negociación. De la última llamada sale la respuesta decisiva. La que tiene que asumir una única persona: a que manda; que, en un país como España, es el presidente del Gobierno.
El periodista Álvaro de Cózar es el creador de esta docuserie que reúne a los últimos cuatro expresidentes españoles –Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy– para diseccionar con ellos la cara oculta del poder, el lado humano de la política, el peso del servicio público: con otras palabras, qué hay detrás de esa última llamada.
De Cózar es un curtido periodista que en 2021 revolucionó el panorama del podcast narrativo en España con XRey, una serie que desgranaba en diez episodios la vida del rey Juan Carlos I. Antes, había producido la serie V, las cloacas del Estado, y después llegarían Misterio en la Moraleja y Papeles. Todo en audio.
De Cózar da aquí el salto al audiovisual con un producto absorbente que se apoya en las cuatro entrevistas en profundidad a los presidentes y en las declaraciones de personas de su más íntima confianza: familiares o asesores.

Sin quitarle importancia a los entrevistados –lo que cuentan es interesantísimo–, el mayor mérito de la docuserie es un guion aquilatadísimo, capaz de condensar casi cuarenta años de historia de España en cuatro horas, y equilibrando lo macro con lo micro, los grandes acontecimientos con la anécdota. El referéndum de la OTAN y el de Cataluña, el 11M, el asesinato de Miguel Ángel Blanco y la crisis económica del 2008, por un lado, con los bonsáis de Felipe González, el entrenador personal de Aznar o el bolso de Soraya. Un guion sumamente respetuoso con los entrevistados –a los que se deja hablar– y con los espectadores –a los que no se aturde ni dirige con interminables subrayados–. Cuando hace falta, la voz en off añade alguna información. Pero solo cuando hace falta. No hay un planteamiento de buenos contra malos, dignos o indignos, héroes o villanos. Se trata de mostrar a la persona que hay detrás del líder político y los motivos de algunas de sus decisiones. Por eso, no se dan respuestas; se plantean preguntas. Que eso es también dar al espectador elementos de juicio para que, al final, se forme su opinión personal sobre lo que se cuenta y sobre quién se lo cuenta.
En el apartado visual, la valiosa documentación de archivo se conjuga con una puesta en escena –localizaciones, iluminación y planificación– sumamente cinematográfica.
En definitiva, una lección de historia, un reportaje sereno en tiempos de polarización política y periodística y un producto cinematográfico de calidad. Un must.