Ma mère, Dieu et Sylvie Vartan
Dirección y guion: Ken Scott. Intérpretes: Leïla Bekhti, Jonathan Cohen, Sylvie Vartan, Milo Machado Graner, Jeanne Balibar, Joséphine Japy. 98 min. Jóvenes-adultos (Amor: 3; Humor: 3). Comedia, Drama. Apple TV+. Valoración: 8/10
El argumento es sorprendente y real. La película adapta la autobiografía de Roland Pérez, un abogado y autor francés que nació en 1963, en París, en el seno de una familia numerosa judía de origen marroquí y con una malformación en el pie. Enfrentándose a los vecinos, familiares y servicios sociales, la madre de Roland, Esther, se niega a tratar a su hijo como un discapacitado. Apoyada en su fe, en una constancia a prueba de bombas y en la sorprendente ayuda de las canciones de Sylvie Vartan, peleará por Roland.
La cinta consigue conjugar los elementos de la mejor dramedia. Es divertidísima, especialmente en un primer tramo que muestra con chispa y muchísimo ritmo el caos de una familia numerosa tan escasa de recursos como sobrada de cariño. A estos elementos de comedia se suma un drama humano muy positivo, emotivo, esperanzador…y también realista. Un drama que nos habla de la poca memoria de los seres humanos para recordar lo que otros –y especialmente las madres y los padres– han hecho por nosotros.
Misión imposible: Sentencia final
Mission: Impossible – The Final Reckoning
Dirección: Christopher McQuarrie. Guion: Bruce Geller, Christopher McQuarrie, Erik Jendresen. Intérpretes: Tom Cruise, Esai Morales, Hayley Atwell, Henry Czerny, Mariela Garriga, Pom Klementieff, Simon Pegg, Ving Rhames. 169 min. Jóvenes (Amor: 1, Violencia: 1, Humor: 1). Acción, Thriller. Filmin, Rakuten, Apple. Valoración: 7/10
Este octavo episodio de la saga de Tom Cruise empieza donde terminó Misión imposible: sentencia mortal, parte 1. Cuando una inteligencia artificial, llamada “La Entidad”, está a punto de hacerse con el control de todas las bases nucleares de las principales potencias mundiales, Ethan Hunt tiene en sus manos la llave cruciforme capaz de abrir el centro de la IA en cuestión. Sobre él recae la responsabilidad de salvar el mundo entero de un cataclismo total. Con el permiso de la presidenta de los Estados Unidos.
En el guion, repite el tándem anterior: McQuarrie junto a Erik Jendresen. Y se nota que originalmente iba a ser una sola película dividida en dos, pero, por razones comerciales, se vieron obligados a desarrollarla como un octavo episodio. El principal error ha sido que, seguramente queriendo distanciarse de esa e intentar conectar con el público de siempre, y al mismo tiempo, atraer nuevas audiencias, se ha tirado demasiado de nostalgia, buscando enlaces con las películas antiguas, que poco –o nada– aportan al desarrollo de la trama.
A pesar de este pequeño bache, la película ha sido concebida como posible colofón de la saga. En este sentido, el recurso a escenas anteriores sí que funciona, al igual que el tono más reflexivo que atraviesa buena parte del metraje.
Jane Austen a gâché ma vie
Dirección y guion: Laura Piani. Intérpretes: Alan Fairbairn, Annabelle Lengronne, Camille Rutherford, Charlie Anson, Liz Crowther, Lola Peploe, Pablo Pauly. 94 min. Jóvenes-adultos (Amor: 2, Sexo: 1, Humor: 3). Comedia romántica. Movistar+. Valoración: 6/10
Agathe Robinson es una treinteañera anglofrancesa que, según ella, no encaja en este siglo. Trabaja como dependienta en la parisina librería de viejo Shakespeare & Co., se sabe de memoria todas las novelas de Jane Austen y hace sus pinitos como escritora. Sin embargo, no logra plasmar en el papel sus propias fragilidades amorosas y existenciales, que hacen que su vida sea más bien un desastre, sobre todo tras la muerte de sus padres.
Este filme es una comedia romántica muy singular, en la que satiriza las novelas de amores de la escritora inglesa Jane Austen –de cuyo nacimiento se cumplen 250 años–, pero a la vez les rinde homenaje, reivindicando un feminismo muy femenino, que no idealiza a las mujeres ni demoniza a los varones, y que más bien defiende una realista, amable, divertida y bella complementariedad.
Al principio, la película desconcierta, porque a ratos parece dejarse llevar por la superficialidad de la cultura woke, con su banalización del sexo y la mezquindad de sus planteamientos existenciales. Pero, poco a poco, se abre paso una visión crítica con esos enfoques, que eleva la talla dramática y cómica de los personajes.