Diego Martínez Caro –cardiólogo, profesor emérito de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra– nos ofrece en este libro un panorama de la discusión actual sobre la naturaleza de la mente. Toma como hilo conductor una de las ideas que más han contribuido a configurarla en los últimos decenios: la comprensión del cerebro como una máquina y de la mente como un mero producto de su funcionamiento.
Este proyecto toma pie de los avances de la ciencia en la primera mitad del siglo XX. Los descubrimientos en biología, en particular, el funcionamiento del sistema nervioso, unidos al progreso de la lógica matemática, inspiraron en la segunda mitad del siglo pasado el desarrollo de la cibernética como un modo de comprender el funcionamiento de los seres vivos y, poco después, la aparición del campo de la inteligencia artificial, animado por el proyecto de replicar las manifestaciones de la inteligencia mediante máquinas.
El autor pone de manifiesto los presupuestos y ambiciones de algunos de los representantes más importantes de este ámbito. En ellos, la inteligencia artificial no se presenta tan solo como un modo de ampliar las posibilidades del hombre, sino que es una forma de comprender su inteligencia y de crear, con los recursos de la tecnología, artefactos que lo mejoren. Pero, al margen de esta orientación ideológica, la creación y programación de máquinas destinadas a realizar tareas de las que antes solo se juzgaba capaces a los seres humanos, es un campo tecnológica e intelectualmente apasionante, y sus resultados han supuesto en ocasiones decisivos avances para la sociedad.
La obra presenta una historia de los intentos por reproducir las capacidades que solemos considerar más específicamente humanas en las máquinas, junto con algunas de las teorías y fantasías de sus más conocidos representantes, y ayuda a comprender mejor algunos de los principios de la tecnología más avanzada. Además tiene el acierto de introducir el problema con una reflexión sobre el significado de los términos y conceptos que se encuentran en juego en estos debates y con una presentación de las principales teorías sobre la mente de los últimos decenios.
El lector encontrará mucha información e interesantes aportaciones de autores que provienen de muy diversos campos y de distintas orientaciones intelectuales. Entre otras cosas, podrá comprobar que la impresión reduccionista y hostil al reconocimiento del carácter espiritual del hombre, que a veces se presenta como la postura científica por antonomasia, está lejos de ser pacíficamente aceptada.
Algo que la lectura de este libro confirma es el olvido en grandes sectores de la filosofía, la neurociencia y la tecnología de algunas de las mayores y más significativas aportaciones de la historia del pensamiento. De ahí que resulte especialmente urgente la tarea de recuperar y ampliar las intuiciones de los pensadores clásicos y contemporáneos, y de ponerlas en diálogo con la ciencia y la tecnología actual, si se aspira a humanizarlas y a aportar claridad en los planteamientos y proyectos de quienes las desempeñan.