En declaraciones a El País (11-08-2009), la escritora norteamericana dice que la trilogía Millennium muestra una maldad patológica que es como un agravio al amor humano.
Donna Leon, autora de Veneno de cristal y otras novelas policiacas protagonizadas por el comisario Guido Brunetti, confiesa que no pudo terminar Los hombres que no amaban a las mujeres, la primera novela de la saga Millennium, del desaparecido escritor sueco Stieg Larsson. El libro le pareció “patológicamente malo, principalmente porque su actitud es un agravio al amor humano, a las relaciones humanas. Todos los contactos sexuales son violentos o fuera de límites, no hay pasión en el libro, tan sólo pasión por violencia o por venganza”.
En la novela, añade Leon, no encontró “calidez humana”. Reconoce el éxito de Larsson, que ella nunca espera poder igualar, pero le asusta que tengan tanto éxito obras de ese tenor.