Richard Sennett, el crítico del nuevo capitalismo

publicado
DURACIÓN LECTURA: 6min.

Los efectos paradójicos de la modernidad tardía y las consecuencias menos deseables del capitalismo son las principales cuestiones que el sociólogo norteamericano Richard Sennett ha estudiado en sus obras. En la última de ellas, Juntos, explora el debilitamiento de la cooperación en la sociedad actual y propone remedios prácticos.

Entre los pensadores que han analizado las sociedades postindustriales hay un punto de acuerdo: todos, con independencia de su ideología, creen que los modos de vida y la dinámica capitalista actuales han descualificado a los individuos. El término alude a las secuelas deshumanizadoras de ciertas prácticas a las que también se refiere Sennett: por ejemplo, las nuevas formas de relacionarse mediante las redes sociales dificultan la comunicación directa y el interés por destacar en el trabajo puede dañar la vida familiar.

“Disponemos de más medios para conectarnos con otras personas gracias a las formas modernas de comunicación, pero sabemos menos de cómo comunicarnos bien”

A caballo entre la gran tradición sociológica continental y el pragmatismo americano, Richard Sennett (Chicago, 1943) es uno de los más famosos analistas de la sociedad actual. Sus ensayos destacan por su forma narrativa, en la que abundan estudios de casos, relatos históricos y experiencias personales, combinando todo ello con el objetivo de profundizar en la comprensión de determinados fenómenos sociales.

Ideológicamente, este sociólogo y profesor emérito de la London School of Economics se sitúa en la izquierda, pero cree que el discurso político de los partidos afines está errado. No han conseguido, a su juicio, comprender la mutación de las formas económicas y la irrupción de lo que llama Nuevo Capitalismo, en el que poder, economía, tecnología y consumo modulan la identidad de los individuos, haciéndolos frágiles y egoístas.

Sennett ofreció ya una aguda interpretación sobre la deriva individualista de las sociedades modernas en uno de sus ensayos más celebrados, El declive del hombre público (1977), que leído al cabo del tiempo no deja de tener una actualidad preocupante. Ha querido completar desde entonces su teoría sobre el capitalismo estudiando el impacto social de la desigualdad económica: en El respeto (2003) sostiene que las diferencias económicas fomentan actitudes hostiles y amenazan uno de los pilares de la comunicación: la deferencia.

Homo faber: su último proyecto
Desde antes de 2008, cuando se publicó El artesano, Sennett está trabajando en un proyecto de mayor alcance que denomina “Homo faber”. Su pretensión es alejarse de las grandes construcciones teóricas y “reflexionar sobre las cosas ordinarias” y “sobre las aptitudes necesarias para llevar una vida cotidiana satisfactoria”. El proyecto está inspirado en esa idea bastante americana del self-made man: el hombre es un producto de sí mismo y por medio de sus prácticas y competencias crea su vida y modifica su ambiente.

En el que Sennett llama Nuevo Capitalismo, poder, economía, tecnología y consumo modulan la identidad de los individuos, haciéndolos frágiles y egoístas

Hay que aclarar que esto no significa que haya abandonado su interés por el sistema económico, la dinámica empresarial o la suerte de los más necesitados. Lo que ocurre es que ahora organiza su crítica a los efectos nocivos del capitalismo en torno al estudio de las cualidades que deteriora.

En El artesano, el primero de los libros del proyecto “Homo faber”, explica la naturaleza personal del trabajo y recuerda la satisfacción que nace de la obra bien hecha, con independencia de la recompensa económica. Piensa que el entorno laboral de hoy perjudica la implicación del individuo en su trabajo y que ni la sociedad ni las empresas actuales capitalizan los beneficios derivados de aquella concepción artesanal.

Cooperación y competencia
El segundo volumen, Juntos, aborda la relevancia de la cooperación y las relaciones sociales. La cooperación, según él, fundamenta nuestras relaciones sociales y hace posible una red de intercambios beneficiosa para todos.

Cooperar, señala Sennett, se refiere a la posibilidad de “hacer algo juntos”, desde practicar un juego hasta vender acciones en los mercados financieros. La cooperación no es antagónica a la competencia, sino que ocupa una zona intermedia entre el altruismo y la depredación.

Pero es necesario es escuchar y estar atento al otro. Sennett alude a su propia experiencia personal como miembro y director de orquesta, ya que en las representaciones musicales se requiere acomodar las individualidades para lograr la armonía. Por ello reivindica la cooperación como una práctica que excede las alianzas perentorias y el oportunismo, y subraya a la necesidad de la comprensión y el diálogo para que las relaciones sean enriquecedoras desde un punto de vista personal y beneficiosas desde la perspectiva social.

El poder del ritual
La cooperación, pues, trasciende aquellas prácticas que generan lazos débiles o esporádicos; con ellos sería imposible que surgiera una auténtica vida comunitaria. Sin embargo, para que la cooperación pueda urdir un entramado comunitario, los hábitos cooperativos tienen que cristalizar, estructurarse y tornarse sostenibles. Para Sennett, esta es la misión que cumplen los ritos sociales.

Según él, son tres los rituales que en el mundo moderno favorecen las prácticas cooperativas: la liturgia nacida de la reforma protestante, el modo de trabajar originado en los talleres y la virtud burguesa de la civilidad. En Juntos, el análisis de los rituales es exclusivamente sociológico, centrado en su capacidad para establecer vínculos simbólicos entre los individuos. El estudio de la cooperación en el taller entronca con el tema de El artesano. En el caso de los ritos religiosos, el enfoque de Sennett supone cierta tergiversación, pues recorta el significado trascendente que realmente tienen para los propios participantes.

Al margen de lo anterior, liturgia, taller y urbanidad constituyeron, según Sennett, centros de irradiación de nuevas prácticas cooperativas. Pero finalmente estos hábitos no han logrado escapar a los efectos del capitalismo, que tiende a restringir el alcance de la cooperación y debilita los lazos sociales.

Más máquinas, menos sentido
Después de Juntos, espera ver la luz el último ensayo de la trilogía “Homo faber”: un libro sobe la construcción moderna de las ciudades y el original concepto de diseño urbano. Su intención es estudiar las transformaciones que han ocurrido para determinar hasta qué punto los cambios económicos y culturales han marcado y marcan las formas arquitectónicas de los edificios.

“Pongo el énfasis en la habilidad y la competencia –explica– porque, a mi juicio, la sociedad moderna está descualificando a los individuos en lo que respecta a su conducta en la vida cotidiana. Tenemos a nuestra disposición muchas más máquinas que nuestras antepasados, pero menos idea de cómo utilizarlas con provecho; disponemos de más medios para conectarnos con otras personas gracias a las formas modernas de comunicación, pero sabemos menos de cómo comunicarnos bien. La habilidad práctica es más una herramienta que una salvación, pero sin ella los problemas del sentido y del valor son meras abstracciones”.

______________________________

Bibliografía básica

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.