Alcohol y tabaco: la prohibición y los motivos

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Las protestas en Turquía contra el gobierno de Erdogan le acusan de autoritarismo, entre otras cosas por poner limitaciones a la venta de alcohol. El gobierno del partido islamista estaría imponiendo un precepto de inspiración religiosa en una sociedad laica.

El motivo es que el pasado 24 de mayo, el Parlamento turco aprobó una ley que limita la promoción y distribución de alcohol. Por ejemplo, a partir de ahora, los establecimientos con licencia para vender alcohol solo podrán hacerlo si se encuentran a más de 100 metros de cualquier tipo de institución educativa y religiosa. “No queremos una generación que bebe día y noche y que se eche a perder…”, afirmó el primer ministro Erdogan. Aunque conviene recordar que Turquía, con 1,5 litros de alcohol por persona y año de media, tiene el índice de consumo más bajo de alcohol de los países miembros de la OCDE. En España, por contraste, el mismo consumo es de 11,4 litros por persona y año: una cifra cercana a la media de la OCDE.

Otros muchos gobiernos ponen limitaciones a la venta del alcohol por motivos de salud pública, desde la necesidad de obtener permiso para la venta de alcohol en restaurantes en Suecia, a la prohibición de publicidad en la televisión en España. Pero como el gobierno no es islamista, nadie protesta. Parece ser que solo la sospecha de inspiración religiosa deslegitima una limitación del consumo alcohólico.

Fumando juego
El diario El País (29 de mayo) muestra una foto de un camarero turco, fumando, que sirve una copa de cerveza. Tal acción dejaría perplejo a un camarero español, bien instruido en la guerra a la nicotina y en la exaltación del lúpulo. Sin embargo, el reciente y bien implantado antitabaquismo español puede relajarse en ciertos contextos. Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, contribuirá a que se pueda fumar en el nuevo Eurovegas, que el magnate Sheldon Adelson va a construir en Alcorcón. El argumento de González es que los dispositivos colocados en los casinos de Las Vegas combaten los humos del tabaco de un modo eficaz. En definitiva, el jugador de ruleta podrá disfrutar de un buen puro habano. Lo que cabe preguntarse es si el tabaco deja de ser nocivo cuando el humo se airea mediante un extenso fajo de dólares. En cualquier caso, parece justo que si se rebajan las restricciones contra el tabaco en locales públicos, la medida siga un criterio de igualdad para todos.

Pero la idea de que se podrá fumar en los casinos ha provocado una inmediata reacción por parte de los vigilantes de la salud pública, para quienes están en riesgo los pulmones no ya de los jugadores sino de la entera población nacional. La prohibición, dicen, no puede admitir fisuras.

Tal vez Eurovegas ayude a que una peña futbolística recupere el poder disfrutar en un bar, viendo un buen partido de fútbol al tiempo que se fuman un pitillo. Sin embargo, el contexto internacional no respira muy a favor de tales pretensiones. La Comisión Europea ha aprobado recientemente una norma que reserva hasta un 60% de la cajetilla para incluir duras imágenes y textos disuasorios contra el tabaquismo. También se prohibirán olores o sabores que camuflen el propio del tabaco. Tonio Borg, Comisario de Salud, cifró en 700.000 las muertes anuales de la UE por motivos relacionados con el tabaco.

En otros lugares del mundo, como Colorado (EE.UU.), no se sonrojan al legalizar el uso de drogas alucinógenas como la marihuana para “fines recreativos”. Algunos estudios sugieren que puede producir enfermedades mentales graves como psicosis tóxicas en las que aparecen síntomas como alucinaciones y delirios,mientras que otros indican que puede acelerar la aparición de enfermedades psicóticas, así como producir taquicardias. Pero las autoridades de Colorado, apoyadas por un referéndum popular realizado el año pasado, afirman que con los impuestos que gravan a esta hierba se vigilará su consumo y se harán campañas para disuadir de tomarla a los menores. Unas campañas que tendrán que ser ingeniosas pues no contarán con el prestigioso beneplácito que otorga el dar ejemplo.

Pero parece que lo que se valora a la hora de prohibir o legalizar algo no es tanto el producto en sí, sino la inspiración religiosa o laica de la medida.

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