El libro de la confesión. El enigma de la culpa

José Pedro Manglano

GÉNERO

Planeta. Barcelona (2006). 256 págs. 14,50 €.

En contra de lo que afirmaron algunos filósofos del siglo pasado, para quienes reconocer la culpa traumatiza, el cristianismo sigue defendiendo que lo que traumatiza al hombre es no reconocerla. Esta es, afirma José Pedro Manglano -filósofo y escritor, sacerdote-, una de las llaves del sacramento de la penitencia: el reconocimiento de la propia culpabilidad. «La otra llave la tiene la Iglesia -el confesor-, pues ella ha recibido el poder del perdón. La primera se gesta en el corazón del hombre; la segunda, en el de Dios. Por eso, la confesión es un encuentro entre dos corazones».

Manglano repite fórmula con Pipa, la princesa de la buhardilla que protagonizó «El libro de la Misa» (Planeta, 2004; ver Aceprensa 156/04). Pipa ayuda al lector a introducirse en el misterio de la confesión, invitándole a deponer la actitud racionalista. Además, pone el dedo en la llaga del hombre del siglo XXI, tan reacio a andarse con culpabilidades. ¿Puede ennoblecer arrodillarse y manifestar la penuria personal? ¿Es la confesión un acto de justicia o un ejercicio de autocompasión?

La primera parte del libro narra los viajes de Pipa, en los que entrevista a personajes reales o ficticios tan variopintos como Nietzsche, Pepito Grillo, Adán y Eva, Caperucita Roja, María Magdalena, Freud, el Cura de Ars o el alcalde de Babel. También participa en un «chat» con un lama, un imán y un gurú, que analizan la propuesta de sus religiones para liberarse del mal y de la culpa. La conclusión es clara: sólo el catolicismo ha resuelto con eficacia el problema de la culpa.

En otro capítulo, Pipa viaja a través del tiempo para conocer a personajes de la historia -san Pedro, el Pastor de Hermas, san Columbiano y Pablo VI- que describen los cambios en la forma de administrar la Penitencia a través de los siglos.

En la segunda parte del libro, «El baúl de las palabras», se ofrece un breve diccionario sobre aspectos centrales de este sacramento. También se afronta el modo concreto de practicar la confesión. Todos estos recursos hacen del libro un instrumento útil para impartir clases de religión y catequesis. Además, como otros libros que utilizan el soporte de la literatura fantástica, admite distintos niveles de lectura.

La intención del libro se corresponde con lo que escribió el cardenal Ratzinger: «Necesitamos una nueva educación para el sacramento donde haya un encuentro entre la persona y el misterio». En esta obra, Manglano aúna rigor teológico y divulgación; estamos ante un nuevo estilo de literatura religiosa, que desafía los cánones tradicionales y académicos.

Juan Meseguer Velasco

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