Era una visita heredada. Antes de su muerte, el Papa Francisco había proyectado viajar a Turquía para celebrar los 1.700 años del Concilio de Nicea y, de paso, visitar el Líbano, un país muy castigado por el terrorismo, la desunión y la corrupción.
Como en el resto de los asuntos, León XIV quiso cumplir los deseos de su predecesor. Había expectación por ver cómo se desempeñaba el nuevo Papa en el que ha sido su primer viaje apostólico. Un viaje de gran contenido teológico y pastoral, y que, según los que han podido acompañarle de cerca, puede considerarse un éxito, además de una oportunidad de conocer un poco más al casi recién estrenado Pontífice.
Primera parada, Turquía. Ecumenismo, y un proyecto para el 2033
El periplo comenzó en Turquí…
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