Desde la invasión de Iraq por Estados Unidos y sus aliados, hace diez años, hasta hoy, el conflicto ha causado alrededor de 150.000 muertes. La breve campaña militar (19 de marzo-1 de mayo de 2003) fue seguida por una gran oleada de terrorismo que ha hecho muchas más víctimas.
De las bajas militares de la coalición, en la toma del país se produjeron solo 172 (139 muertos estadounidenses y 33 británicos). Durante la ocupación posterior, hasta el fin de 2011, el total subió a 4.803, incluidas 179 británicas y 139 de los demás aliados.
No se sabe cuántos soldados iraquíes murieron en la invasión. Un estudio de Project on Defense Alternatives estimó que fueron entre 7.600 y 10.800. Los rebeldes y terroristas muertos son unos 26.000.
Pero el conflicto ha hecho estragos sobre todo entre los no combatientes, de los que han muerto entre 112.000 y 122.000, según Iraq Body Count. También la inmensa mayoría de las víctimas civiles (alrededor del 94%) murieron una vez completada la ocupación. Más de la mitad (unos 64.000) fueron matados a tiros, y casi cuatro de cada diez, con bombas. De estos, los terroristas suicidas mataron a un tercio (unos 13.400). Hubo también muertes de civiles a consecuencia de ataques aéreos. El siguiente gráfico, de Iraq Body Count, muestra el recuento semanal de muertos civiles de 2003 hasta hoy.
Los años con más muertes fueron 2006 (29.000) y 2007 (25.300). Después el número ha ido bajando, con algunas oscilaciones, hasta 4.500 en 2012. Al principio predominaban los ataques contra los ocupantes y sus colaboradores, así como entre iraquíes de distintos orígenes o creencias religiosas. En cambio, en los últimos años han aumentado los ataques de los rebeldes al gobierno iraquí.
De las víctimas civiles de las que se conoce su profesión, la mayor parte eran policías. Les siguen los agentes de seguridad privados y los funcionarios o empleados públicos.
De los muertos civiles de los que consta el sexo, el 77% eran hombres; de los que se sabe la edad, el 8,4% eran niños.
Además de muertes, el conflicto ha provocado la salida de más de dos millones de refugiados iraquíes. De ellos, en 2011 seguían fuera 1,42 millones, según el Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados. La gran mayoría estaban en Siria o Jordania.