El ascenso de los populismos europeos, en cifras

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Tras los buenos resultados obtenidos por Alternativa para Alemania en las elecciones en tres estados alemanes, se ha vuelto a hablar del auge de los partidos populistas en Europa. Pero el avance no es monolítico: el peso político de estas formaciones varía mucho de un país a otro.

El ascenso de los partidos populistas se hizo patente en las elecciones europeas de 2014: el Frente Nacional francés, el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), el Partido Popular Danés y la Coalición de Izquierda Radical griega (Syriza) fueron los partidos más votados en sus países con un porcentaje de votos que oscila entre 24% y el 26%. Salvo el Partido por la Libertad holandés, el resto de partidos populistas mejoraron sus resultados respecto de los anteriores comicios de 2009 (ver tabla).

Las explicaciones que se dieron entonces es que las elecciones europeas son especialmente propicias al voto protesta al que apela el populismo, pues permiten dar un toque de atención a los líderes nacionales sin correr riesgos en casa. Puestos a experimentar, mejor probar en el Parlamento Europeo… Pero a varios partidos populistas también les va bien en sus países.

La izquierda aprovecha la crisis

Es el caso de los populismos de izquierdas, que han sabido aprovechar el descontento social con el paro, las políticas de austeridad aplicadas durante la crisis y el hartazgo con los partidos tradicionales.

En las elecciones parlamentarias de enero de 2015, Syriza se convirtió en el partido más votado en Grecia. Tras la firma del tercer rescate, la formación de Alexis Tsipras vivió una crisis interna que desembocó en unas elecciones anticipadas en septiembre de ese año. Syriza volvió a ganar holgadamente, con el 35,5% de los votos.

En España, Podemos se estrenó en las europeas de 2014 convirtiéndose en la cuarta fuerza política más votada (7,9%), toda una hazaña para un partido recién creado. En las generales de 2015, Podemos y sus formaciones aliadas en Cataluña, Galicia y Comunidad Valenciana lograron el 20,6% de los votos.

Escalada populista en Austria y Francia

Entre los populismos de derechas, también hay varias formaciones en racha. En las generales de 2013, el Partido de la Libertad de Austria obtuvo el 20% de los votos. En las europeas de 2014, el 19,7%. Y en las regionales de 2015 volvió a hacer nuevos avances: su mejor resultado fue en Viena, donde alcanzó el 31%.

Al Partido por la Libertad, liderado por Geert Wilders, también le fue bien en las municipales holandesas de 2014. Pero su popularidad tiene truco, pues solo se presentó en dos ciudades: Almere y La Haya, donde fue el primer y el segundo partido más votado, respectivamente. Sin embargo, el apoyo en ambas ciudades descendió ligeramente respecto a los anteriores comicios. En las elecciones generales de 2012, obtuvo el 10,1%.

Más llamativo es el ascenso en Francia del Frente Nacional, cuyo éxito se ha visto frustrado por las estrategias electorales de los demás partidos. En la primera vuelta de las regionales de 2015, el partido de Marine Le Pen fue el más votado (27,7% de los votos) y ganó en 6 de las 13 regiones. Pero en la segunda vuelta no logró revalidar en ninguna, debido a que los socialistas retiraron a sus candidatos con menos posibilidades para favorecer a los republicanos de Sarkozy.

Influencia indirecta

El UKIP de Nigel Farage, en cambio, puntúa mucho menos en casa que en las europeas, si bien hizo notables avances en las elecciones municipales de 2013 y 2014. En las generales de 2015, obtuvo el 12,6% de los votos, aunque solo se llevó un escaño por las distorsiones que provoca el sistema electoral británico, basado en la regla “el ganador se lo lleva todo”.

Los sistemas electorales de Francia y el Reino Unido frustran el ascenso del Frente Nacional y del UKIP, respectivamente

Pero que la representación parlamentaria de algunos de estos partidos sea escasa no significa que no influyan en la agenda política. Por ejemplo, en el origen del referéndum que podría sacar al Reino Unido de la UE, previsto para el 23 de junio, está la presión que puso el ascenso del UKIP sobre Cameron. El temor a que Farage le quitara votos, llevó al líder tory a prometer que si ganaba las elecciones de 2015 mejoraría la situación del Reino Unido en la UE, además de convocar el referéndum.

Las elecciones alemanas del pasado 13 de marzo muestran otro ejemplo de cómo el ascenso de los populistas puede acabar ejerciendo una influencia indirecta en la política nacional: según explica Luis Doncel, en dos de los tres estados en que hubo elecciones, ya no basta para gobernar la fórmula de la gran coalición entre la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD). En parte por el ascenso de los Verdes, y en parte también por el de Alternativa para Alemania (AfD), creado en 2013, y presente ya en 8 de los 16 Parlamentos regionales.

Populismos nórdicos en el poder

En los países nórdicos, los partidos populistas de derechas han aprovechado la crisis para presentarse como los defensores del Estado del bienestar, supuestamente amenazado por las políticas migratorias de la izquierda (ver Aceprensa, 29-12-2015). Pero, para calibrar el ascenso de los populismos nórdicos, hay que tener en cuenta la antigüedad de las formaciones y su reciente evolución.

El partido de los Verdaderos Finlandeses nació en 1995, pero no despegó hasta las elecciones parlamentarias de 2011, en las que obtuvo el 19% de los votos. Fue un resultado espectacular respecto de las precedentes elecciones: el 4% en 2007 y el 2% en 2002. En las de 2015 su apoyo cayó levemente hasta el 17,6%, pero por primera vez entró en el gobierno formando coalición con el Partido del Centro y el Partido de la Coalición Nacional, conservador moderado.

En Grecia y España, los populismos de izquierdas han sabido aprovechar el descontento social con el paro y las políticas de austeridad

El ascenso del Partido del Progreso noruego, creado en 1973, fue más escalonado: obtuvo el 15% de los votos en las legislativas de 2001; el 22%, en las de 2005; y el 23%, en las de 2009. Sin embargo, en las de 2013 cayó hasta el 16,3%. Actualmente gobierna en minoría con el Partido Conservador, pese a que el Partido Laborista fue el más votado en esas elecciones.

Nacido en 1995, el Partido Popular Danés se mantuvo estable durante la década 2000: 12% (2001); 13,2% (2005); 13,8% (2007); 12% (2011). Pero en las generales de 2015 dio el estirón y se convirtió en el segundo partido más votado de Dinamarca, con el 21,2% de los votos. Gracias a su apoyo y al de otros dos partidos de derecha, el Partido Liberal puede gobernar en minoría.

A diferencia de los anteriores, el partido de los Demócratas Suecos ha sido marginal hasta fechas recientes. Fundado en 1988, no tuvo representación parlamentaria hasta las elecciones generales de 2010, en las que consiguió el 5,7% de los votos. Sin embargo, en las generales de 2014 fue el tercer partido más votado, con el 12,9% de los votos. Y en las europeas de ese mismo año obtuvo el 9,6%.

Elecciones al Parlamento Europeo

2009 2014
Auténticos Finlandeses 9,7%  12,9%
Partido de la Libertad de Austria 12,7% 19,7%
Demócratas Suecos 3,2% 9,6%
Podemos (España) 7,9%
Syriza (Grecia) 4,7% 26,5%
Partido Popular Danés 14,8% 26,6%
Frente Nacional (Francia) 6,3% 24,8%
UKIP (Reino Unido) 16% 26,7%
Partido de la Libertad (Holanda) 17%  13%
Aurora Dorada (Grecia) 9,3%

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