Robert Spaemann

La diversidad de culturas plantea hoy con urgencia la necesidad de un terreno moral común, y por otro lado parece hacer imposible encontrarlo. En realidad, esa misma pluralidad ofrece una clave para descubrir lo universalmente válido en la naturaleza humana.
El relativismo moral y político es una falsa solución al pluralismo, y engendra nuevas formas de intolerancia y avasalla derechos en nombre de valores.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.