El Papa decide que la Secretaría de Estado deje de tener recursos de los que pueda disponer autónomamente y establece una gestión separada del Óbolo de San Pedro y otros donativos.
El Papa ordena medidas dirigidas a reducir el peligro de corrupción. Poco después se conocen más datos sobre el supuesto fraude en la compra de un inmueble por parte de la Secretaría de Estado.