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Las cuentas «dormidas» de judíos en bancos de Israel

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Hace ya algunos años saltó a la opinión pública el caso de las cuentas «dormidas» en algunos bancos, abiertas antes de 1939 por judíos europeos que luego perecieron en el genocidio nazi. Nadie las reclamó, y los bancos, escudados en el secreto bancario, no se preocuparon de informar ni de buscar a los herederos. En el caso de los bancos suizos se ha llegado ya a un acuerdo, tras múltiples presiones, también del Congreso estadounidense. Lo que no se ha arreglado todavía es el caso de las cuentas «dormidas» del mismo origen, abiertas por judíos europeos… en bancos de Israel. Ahora se ha creado una comisión parlamentaria para zanjar el asunto.

En el período de entreguerras, cuando Palestina estaba aún bajo mandato británico, cierto número de judíos europeos abrieron cuentas en el principal banco de entonces en Palestina, que se convertiría en el Bank Leumi en 1948. Su idea era emigrar algún día a Palestina, para lo cual muchos depositaron la tarifa fijada por los ingleses para obtener un permiso de inmigración: mil libras esterlinas, una cantidad considerable para la época. Otros compraron un terreno, a través de organismos creados por el Congreso Sionista.

La mayoría de estos judíos perecieron durante el exterminio nazi antes de emigrar, sin que sus herederos conocieran la existencia de sus depósitos en Palestina o sin que tuvieran títulos para reivindicarlos. Según estimaciones no oficiales, habría alrededor de cinco mil cuentas y un millar de terrenos, por un valor de 40 y 90 millones de dólares, respectivamente. Son sumas pequeñas en comparación con los depósitos similares en bancos suizos, pero no dejan de ser importantes para las familias afectadas.

Mientras en Europa estaba en curso desde hace años la campaña para levantar el secreto sobre las cuentas «dormidas» en los bancos suizos, curiosamente la opinión pública israelí no supo nada de las cuentas del Bank Leumi hasta 1997. Desde entonces los banqueros han intentado que los políticos no tomen cartas en el asunto, asegurándoles que ellos se ocuparían del problema. Pero solo el pasado marzo el Bank Leumi puso en Internet una lista de los titulares de las cuentas, mientras hacía todo lo posible por acallar el escándalo.

¿Por qué las asociaciones de supervivientes de la Shoah no han presionado para que se hiciera la luz sobre las cuentas del Bank Leumi? Según su presidente, Arié Edelist, «numerosas asociaciones de supervivientes no se atrevían a decir en voz alta que bancos e instituciones israelíes habían actuado como los de Europa. Temían que eso perjudicara las acciones intentadas contra los bancos y las compañías de seguros europeas. Por mi parte, pienso que no hay motivo para ocultar la verdad, a saber: que los bancos se comportan igual en todas partes» (Le Monde, 1-IV-2000).

Ahora se ha acordado constituir una comisión parlamentaria para investigar el número de las cuentas «dormidas» y de los terrenos sin herederos conocidos, para restituir los bienes a quienes tengan derecho o para transferirlos a organismos benéficos. «No podemos pedir a los bancos europeos que hagan lo que no hacemos nosotros mismos, las exigencias deben ser las mismas para todos», ha dicho Colette Avital, presidenta de la comisión.

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