Comidas informales de vecindario para tejer relaciones

publicado
DURACIÓN LECTURA: 2min.

Iniciativas

Una queja común en los inmuebles de las grandes ciudades es que los vecinos no se conocen. Las relaciones de proximidad se reducen al mínimo estricto: un saludo cortés en la escalera o, peor aún, la protesta cuando surge algún problema. Pero cuando alguien toma la iniciativa para superar la indiferencia es posible que encuentre una acogida más cálida de la que cabía esperar. Entre estas iniciativas se encuentran la organización informal de comidas entre los vecinos de un inmueble o barrio.

El deseo de mantener en las ciudades una sociabilidad más estrecha es una aspiración muy compartida. Hablar, conocer a los vecinos, ayudarse mutuamente, son actitudes que muchos echan en falta. De algún modo se intenta conseguir un trato más cercano como el que se vive en los pueblos, aunque sin el agobio de que todo el mundo te conozca y te controle. El comer juntos siempre ayuda a tejer relaciones de vecindad. Y en Francia están surgiendo iniciativas de este tipo, algunas de las cuales recogía recientemente un reportaje de Le Monde.

Contar con un patio amplio o con una zona al abrigo de la calle favorece estas reuniones de vecindario. En algunos casos se trata de tomar el aperitivo. En otros se organiza una comida, a la que cada vecino aporta los platos que ha cocinado, lo cual es ya una manera de presentarse. El objetivo fundamental es descubrir quiénes son esas personas con que uno se cruza con frecuencia, sin saber a veces ni cómo se llaman.

La experiencia indica que los más proclives a reunirse son los jóvenes de 20 a 35 años, así como las familias con niños. Una vez que se rompe el hielo, es más fácil que surjan otros motivos de reunión, como fiestas para niños.

Más ambiciosas, aunque menos frecuentes, son las comidas que convocan a todo un barrio. Esta iniciativa ha arraigado especialmente en Toulouse y se ha extendido ya por una veintena de ciudades importantes. Incluso se ha fijado un «día nacional de comidas de barrio». Estas celebraciones, que necesitan más preparación, buscan favorecer no solo la sociabilidad, sino también la relación entre gentes de distintas procedencias. «Tratamos de reunir a gentes de horizontes muy diversos, de distintas generaciones, ambientes sociales y orígenes étnicos. Encontrarse, conocerse, es algo previo a toda forma de participación cívica», dice uno de los animadores de esta iniciativa.

Pero tampoco hace falta esperar a grandes organizaciones. Parece que el éxito de estas experiencias está muy ligado a su espontaneidad.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.