En los años 60 del pasado siglo, en Estados Unidos estaban frescas las victorias del movimiento pro derechos civiles. La discriminación racial se batía en retirada. La igualdad entre blancos y negros -una igualdad no solo de oportunidades sino de resultados- parecía al alcance de la mano.
En ese clima cultural, Daniel Patrick Moynihan, un funcionario del Departamento de Trabajo en la Administración Johnson, escribió en 1965 un informe que iba a convertirse en centro de furiosas polémicas, y que todavía se recuerda 45 años después. El informe, titulado The Negro Family: The Case for National Action, advertía el peligro que suponía para el avance de la igualdad la inestabilidad de la vida familiar en las comunidades negras.
Subrayaba que los …
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