Festivales de ideas para mejorar el debate político

publicado
DURACIÓN LECTURA: 6min.

A 100 días de las elecciones generales en el Reino Unido, el festival de ideas Change: How? ha reunido en Londres a unas 500 personas que quieren devolver a la sociedad británica la confianza en el proceso democrático. Los eventos de este tipo, patrocinados por empresas, universidades y periódicos, destacan la contribución que la sociedad civil puede hacer al debate político y al cambio social.

“Es año de elecciones generales. No importa cuál sea su tendencia política, el futuro se presenta gris. La apatía es una epidemia”, lamenta la web de Change: How? a la vista de algunas estadísticas. Pero las cosas pueden cambiar: “Venga dispuesto a que le reten. Venga dispuesto a adoptar medidas. Venga dispuesto a dejarse inspirar por formas imaginativas de ocupar nuestro futuro”.

Detrás de este reclamo está el mensaje clave del festival: en un momento de desencanto con la política, la sociedad civil debe implicarse más y pensar soluciones a los problemas de todos.

El festival, celebrado el domingo 8 de febrero, comenzó a las 12 del mediodía. Durante seis horas hablaron 100 ponentes distribuidos en varias salas. La mayoría eran emprendedores sociales, activistas, pensadores y escritores. Además, los asistentes tenían la opción de participar en lecturas poéticas, conciertos y espectáculos cómicos… cargados de reflexiones serias.

Pensar es peligroso

Que las ideas pueden sacudir el statu quo y cambiar la realidad es algo que han tenido claro los intelectuales de todas las épocas. Lo dijo genialmente Joseph Joubert en una de sus sentencias: “Un pensamiento es algo tan real como una bala de cañón”. Y Oscar Wilde lo repitió a su manera: “Una idea que no sea peligrosa no merece el nombre de idea”.

La confianza en el poder transformador de las ideas está inspirando foros de debate en países anglosajones como Inglaterra, Escocia, Australia, Estados Unidos o Canadá. Se podrá estar más o menos de acuerdo con los enfoques que proponen, pero el planteamiento es atractivo: frente al pragmatismo de los programas electorales, estos festivales ofrecen tiempo para reflexionar más a fondo sobre cuestiones políticas y sociales.

Hay ideas que pueden presentarse como transgresoras y que, sin embargo, no pasan de ser tópicos de dominio público

En Canadá, The Festival of Dangerous Ideas: Food For Thought aspira a provocar cambios sociales en la industria alimentaria a través de la música, el arte y el debate. Aquí la expresión “ideas peligrosas” se utiliza en sentido ambivalente: peligrosas son, a juicio de los organizadores, las propuestas que amenazan el medio ambiente y la salud humana: desde los alimentos transgénicos hasta los pesticidas. Y peligrosas son también –por distinto motivo– las ideas que cuestionan el pensamiento dominante para impulsar un sistema alimentario justo.

Responder a lo políticamente correcto es el objetivo del festival The Battle of Ideas, organizado en Londres por el Instituto de las Ideas con el apoyo de la web Spiked, entre otros socios. Este foro de debate analiza temas controvertidos de actualidad, plantando cara al “liberalismo intolerante” que silencia cualquier crítica pública a la ortodoxia establecida.

Tanto el Instituto como el festival nacieron “de la frustración ante la pobreza del debate público”, explica a El Mundo Claire Fox, fundadora del Instituto de las Ideas. “No se piensa suficientemente sobre lo que está pasando. Hay además una tendencia peligrosa a simplificar los grandes problemas y a atrincherarse en las viejas divisiones políticas”. Y pone como ejemplo la dicotomía austeridad vs. crecimiento, muy explotada durante la crisis económica. “Es muy fácil declararse anti-austeridad y pro-crecimiento, pero cuando llega la hora de la verdad y en una situación tan crítica, las decisiones no son tan simples como elegir ente lo negro y lo blanco”.

La confianza en el poder transformador de las ideas está inspirando foros de debate en países anglosajones

Las transgresiones bendecidas… y las de verdad

Hay ideas que pueden presentarse como transgresoras y que, sin embargo, no pasan de ser tópicos de dominio público. Ocurrió en la primera edición del Festival of Dangerous Ideas, celebrado hace cinco años en Australia. Christopher Hitchens, uno de los representantes más beligerantes del nuevo ateísmo, dio una conferencia bajo el provocador título “La religión envenena todo”. Pero como explica Kathy Gilsinan en The Atlantic, el contenido no logró escandalizar demasiado.

Más audaz resultó la intervención de Kajsa Ekis Ekman en el festival de este año, celebrado el pasado agosto en la Ópera de Sydney. Esta periodista y activista sueca defendió la idea de que los vientres de alquiler son una forma de explotación similar a la prostitución: ambas prácticas venden el cuerpo de la mujer; y ambas permiten a otros lucrarse a costa de mujeres pobres.

Otras veces los organizadores de este tipo de eventos diseccionan ideas con las que no están de acuerdo, pero a las que consideran merecedoras de atención. Una forma de neutralizar sus consecuencias es sacarlas a la luz y someterlas a escrutinio público. Lo realmente peligroso sería no discutirlas con el pretexto de que “ofenden” a alguien.

“Las autoridades no son las únicas que nos prohíben pensar esto o decir aquello. La frase ‘es ofensivo’ se ha convertido en el grito de moda de los censores de hoy”, dice Claire Fox, en la web del Instituto de las Ideas. Por eso, el festival que organiza pretende ser “un antídoto contra este clima de censura, planteando preguntas difíciles en vez de repetir respuestas fáciles o silenciar opiniones con las que no estamos de acuerdo”.

En un momento de desencanto con la política, la sociedad civil debe implicarse más y pensar soluciones a los problemas de todos

Con el apoyo de la prensa y la universidad

El Bristol Festival of Ideas, que dura todo el mes de mayo, es un ejemplo de cómo este tipo de eventos contribuye a elevar el nivel cultural de una ciudad. Lo pusieron en marcha hace 11 años un grupo de emprendedores y artistas, y desde entonces ha generado más de 2.000 eventos, así como un festival de libros, otro de economía y otro sobre cuestiones sociales para gente joven.

Entre los patrocinadores del festival hay dos universidades, el ayuntamiento y otras organizaciones. Uno de sus aliados más importantes es The Observer, el periódico dominical hermanado con The Guardian. Además, The Observer cuenta desde el año pasado con su propio festival de ideas en el Barbican Center de Londres.

Otro medio británico que se ha sumado a la estela de los festivales de ideas es la BBC, patrocinador junto con otras entidades del Cambridge Festival of Ideas. Por su parte, la revista The New Statesman es desde 2014 uno de los socios del Cambridge Literary Festival.

En Estados Unidos goza de gran prestigio el Aspen Ideas Festival, que reúne en Colorado a expertos mundiales sobre tendencias sociales, política, arte, educación, ciencia… (cfr. Aceprensa, 12-07-2012).

Una iniciativa más joven es The Imagination Festival, el primer evento de este tipo organizado en Escocia. En la primera edición, celebrada en 2014, uno de los temas más candentes que se abordó fue el referéndum sobre la independencia.

Como se ve, la temática de los festivales de ideas es variada. Pero, en general, el trasfondo es el mismo: la sociedad civil no puede quedarse cruzada de brazos esperando a que los políticos resuelvan todos los problemas; hace falta también que los ciudadanos reflexionen sobre ellos y se decidan a influir en su radio de acción.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.