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Siete millones de norteamericanos se apuntan a la reforma sanitaria

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El “Obamacare”, la reforma sanitaria impulsada por el gobierno de Obama y aprobada hace cuatro años, ha cumplido la meta fijada para el primer año de aplicación. Se pretendía que de los obligados, en virtud de la nueva ley, a contratar un seguro médico privado, 7 millones lo hicieran de octubre a marzo pasados, por medio del sistema creado con ese fin. Al final del plazo, el 31 de marzo, lo habían hecho 7,1 millones.

El presidente se apresuró a anunciar el éxito en los jardines de la Casa Blanca el 1 de abril. Los republicanos no se dieron menos prisa en rebajarlo, señalando los puntos oscuros o inciertos de la estadística.

En efecto, de los 7,1 millones, no son todos los que están; pero tampoco están todos los que son, cosa que no dicen los contrarios a la reforma.

Por una parte, no todos son asegurados nuevos entre los que han suscrito pólizas por medio de la bolsa federal o las bolsas estatales de seguros médicos, que ofrecen precios más bajos. Un número desconocido de esas personas estaban cubiertas por pólizas que habían sido canceladas por tener condiciones peores que las exigidas por la reforma a partir de este año. Además, la administración tampoco ha dicho cuántos de ellos han empezado efectivamente a pagar las primas.

Ahora bien, por otro lado, también habría que contar a los que han contratado seguros sin recurrir a las bolsas, sino directamente con las compañías aseguradoras. Estos son los obligados por ley a comprar pólizas pero que, por superar un límite de ingresos, no tienen derecho a subvención pública y por eso no han de pasar por las bolsas. En parte, tampoco son nuevos, sino que se han limitado a renovar una póliza que había expirado. Pero otros sí lo son, aunque no se sabe el número, pues la administración no lleva el registro. Algunas aseguradoras grandes cuentan decenas o centenares de miles.

Además hay otro contingente de nuevos asegurados: los que han podido acogerse al seguro público Medicaid, para las personas de renta baja (la reforma subió el tope de ingresos para acceder a la cobertura). Pero estos tampoco están contados. Medicaid es un programa federal gestionado por los estados, y no todos han aceptado cargar con la ampliación. Las estimaciones, muy imprecisas, están entre 1,1 y 2,6 millones de beneficiarios nuevos. Antes de la reforma, Medicaid cubría a unos 50 millones de norteamericanos.

De momento, pues, no se sabe cuánto se ha avanzado en el objetivo de la reforma sanitaria, que es reducir drásticamente el número de personas sin seguro médico, de unos 46 a 12-15 millones, hasta que prácticamente solo queden los inmigrantes irregulares.

Los obligados a contratar un seguro médico privado que no lo hayan hecho tendrán que pagar una penalización de 700 dólares por lo menos cuando hagan la declaración de la renta.

En noviembre próximo se abrirá otro periodo, de tres meses, para contratar pólizas mediante las bolsas. Con eso y con la contratación libre se espera llegar a 13 millones de nuevos asegurados en 2015 y a 22 millones en 2016.

Pero no solo importa el número de los que se han asegurado. También hace falta que entre ellos haya una proporción suficiente de gente joven y con buena salud, para repartir el riesgo. Si entre los que se han apuntado hasta ahora predominan los que más atenciones médicas necesitan, será más difícil contener el gasto sanitario, que es otra gran meta de la reforma.

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