Dos acontecimientos se produjeron casi simultáneamente en la crisis de Ucrania: el discurso del presidente Petro Poroshenko ante las dos cámaras del Congreso de EE.UU., y un compromiso de alto el fuego con los separatistas pro-rusos (18 y 19 de septiembre de 2014), que vino precedido de una ley del parlamento de Kiev que concedía un estatus especial a los territorios de Ucrania oriental. El contraste entre el discurso de Poroshenko y el acuerdo con los rebeldes, que los ucranianos más nacionalistas interpretan como una cesión, es evidente, y sirve para poner de relieve cómo las opciones futuras de una Ucrania acosada por Rusia no dejan de ser limitadas.
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