Violencia a las estadísticas

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Contrapunto

La creciente preocupación por la violencia doméstica en España ha llevado a que los medios de comunicación se vuelquen en el tema y a que el gobierno adopte una serie de medidas para proteger a las víctimas, generalmente mujeres. Hasta ahora, la gravedad del problema se revelaba en el aumento de las denuncias presentadas por esta causa. Se supone, entonces, que un descenso de las denuncias será una buena noticia. Así ha ocurrido en la Comunidad de Madrid en 1997, donde las denuncias ante la Policía Nacional por maltrato doméstico disminuyeron un 20% respecto a 1996.

Pero la noticia ha sido recibida por algunas como un jarro de agua fría. Según la presidenta de la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas, esos datos «confirman que las mujeres están asustadas ante la inoperancia policial y judicial. Decir que han descendido las denuncias equivale a decir que ha aumentado la desconfianza de las víctimas». O sea, si hay más denuncias, es un signo de que el problema se agrava; y si hay menos, es que el problema va a peor. ¿Habrá entonces algún dato que pueda indicar mejora? Ante reacciones de este tipo, se comprende que a veces se ponga en duda la posibilidad de encontrar un marco lógico común con algunas feministas. Quizá temen que un dato positivo pueda llevar a bajar la guardia. Pero una causa noble no necesita hacer violencia a las estadísticas.

Ignacio Aréchaga

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